Por estos días en un rincón de Sky Costanera hay una mesa con una foto de Horst Paulmann, al lado de un modelo a escala de la Torre, junto a un libro de pésames. Una estadounidense escribe: “Saludos desde EEUU. Gracias por las maravillosas vistas. Es fantástico ver la ciudad entera desde este lugar”, dice Sharom Murrel.

  • El empresario que hizo de Cencosud una multinacional con ganancias de 74 mil millones de pesos entre julio y septiembre de 2024, murió el 11 de marzo en Alemania.

Luto. Fue un visionario, querido por muchos de sus empleados. “Quedamos impactados al saber la noticia”, dice un trabajador de Sky Costanera. “Cuando pasó el féretro por acá muchos lloraron. Tenía detalles que hacían una diferencia. Por ejemplo, se enojaba si la comida del casino estaba fría. Pedía que la hicieran de nuevo. Le gustaba venir al Jumbo de Costanera, le regalaba elefantes de peluche a los niños”

El mirador. Una historia que se conoce poco es cómo se le ocurrió hacer un mirador en el piso 300 de la torre, cuando muchos le advirtieron que no era buena idea. “Es una historia muy interesante”, dice Ives Besançon, uno de los arquitectos fundadores de la Torre. “Cuando hicimos el Costanera con César Peli, experto en rascacielos, hacía poco había sido el derribamiento por un acto terrorista de las Torres Gemelas, que fue en el año 2001”.

  • “Estábamos trabajando esta torre, y Horst Paulmann le preguntó a César Peli, en una reunión que tuvimos en New Haven, en Estados Unidos, si valía la pena hacer un mirador, ya que iba a ser la torre más alta de Sudamérica”.
  • “Y César Peli le contestó: ‘yo en este momento, Horst, no te recomiendo hacer un mirador, porque en los proyectos nuevos  que estamos haciendo, a raíz del peligro de objetos terroristas, los miradores no son viables’. Entonces nos olvidamos de la idea”.
  • Besançon recuerda: “El tiempo todo lo cura, pasaron los años y cuando ya la torre estaba construida, a Horst se le ocurrió hacer el mirador, y lo proyectamos. Y él perforó el edificio completo, porque no se había previsto poner dos ascensores de alta velocidad a un costado de los ascensores actuales. Y esos son los ascensores que usted utiliza ahora para subir a Sky. Le costó muchos millones de dólares; es muy caro intervenir en un edificio ya construido”.
  • Piensa un rato y concluye: “Yo creo que Horst Paulmann le cambió la cara a la ciudad”.

Concurrido. Un día lunes al mediodía el mirador tiene un centenar de personas. Un guardia dice que “el 99% de los que vienen son extranjeros. En los mejores días llegan 6 mil personas”. Ahora hay un restaurante a un costado, que está casi lleno. “Ha sido fantástico conocer este lugar”, dice un londinense. “Santiago es una ciudad hermosa”.

  • Una española de Cáceres reconoce que no se imaginó que en Santiago podría haber un lugar “tan especial”. “Me he llevado muchas sorpresas en esta ciudad”, agrega.
  • La mayoría son brasileños. Un dominicano alaba el orden del sitio. La chica que maneja el ascensor habla en español, portugués e inglés. Todo funciona puntualmente, como le gustaba a Paulmann.

Historia de un rascacielos. La Torre Costanera comenzó su proceso en 1988, con Ives Besançon como arquitecto.  El empresario había comprado unos terrenos de Cervecería Unidas. Al principio iba a ser un conjunto de cuatro torres similares a la Torre Santa María, que diseñó Ives Besançon.

  • Pero gracias  a un cambio urbano, la llamada Ley de las Sombras, que permitía compartir la sombra de un lado a otro de un proyecto, se planteó la idea de hacer el edificio más alto de Latinoamérica. Era una oportunidad que Paulmann no dejó pasar.
  • Algunos aconsejaban llamarla Torre Paulmann, como hicieron Trump o Rockefeller, pero él prefirió nombrarla Costanera. Un día llamó a Besançon y le dijo que quería agregar a un experto en rascacielos. Yves le propuso a César Peli, famoso por las Torres Petronas, entre otros edificios de gran altura.

Crisis. El gran dilema fue cuando la construcción se paralizó por la crisis económica en enero de 2009. La foto de la torre a medio armar dio la vuelta al mundo. Paulmann no perdió la esperanza. Once meses después se reinició la construcción con la misma presidenta Bachelet dando el vamos a las obras.

  • El edificio tuvo muchas críticas, por sus medidas gigantes, por su forma, porque iba a provocar tacos, porque rompía la escala de Santiago. Hoy es uno de los malls más visitados y su mirador el mejor de esta parte del continente.
  • Besançon fue al funeral de Paulmann y dice que fue “tal como hubiese querido él. Muy bien organizado. Poco antes de morir nos juntamos, tomamos desayuno y almorzamos, viendo nuevos proyectos. Era muy exigente, pero creo que nos convertimos, finalmente, en amigos”.
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