La presión crece sobre Boeing luego de que dos de sus aviones 737 Max 8 se precipitaran a tierra cobrando la vida de más de 300 personas en los últimos cinco meses.
El regulador de aviación civil de Europa prohibió los vuelos de dichas aeronaves, derivando en medidas individuales desde el Reino Unido, Alemania y Francia.
En cuanto a las operaciones en Chile, Ricardo Gutiérrez, secretario general de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), confirmó a Diario Financiero que las dos aerolíneas que viajan a nuestro país con ese modelo -Gol y Copa Airlines- también decidieron dejar la flota en tierra.
Más temprano Australia, Singapur, Malasia y Turquía anunciaron la prohibición de que esos aviones surquen sus espacios aéreos, mientras que otras empresas como Norwegian Air –de los principales clientes del Max 8 y que no está cubierta por los anuncios ejecutivos- tomaron acciones unilaterales.
Aerolíneas Argentinas, Aeroméxico, la india Jet Airways y Ethiopian Airlines, se sumaron a las medidas.
Las prohibiciones abrieron una disputa con el fabricante estadounidense y con los reguladores de ese país, quienes aseguraron que las unidades aún seguían en condiciones de volar y que los eventos no están relacionados entre sí.
Este es el revés más serio para Boeing y pone en riesgo uno de sus lanzamientos más exitosos en la historia de la firma con apenas dos años en el mercado. Ayer, sus acciones llegaron a caer 7%, tras retroceder hasta 12% el lunes.
La familia 737 es considerada “el caballo de batalla de la industria de corta distancia”, por ser significativamente más eficiente en consumo de combustible que las versiones anteriores. La firma tiene pedidos de órdenes por 5 mil unidades y ya ha entregado 350.
Confianza en jaque
“Estamos plenamente confiados en la seguridad del Max”, dijo Boeing en un comunicado. “La Administración Federal de Aviación (FAA, su sigla en inglés) no está ordenando ninguna acción adicional en este momento y, según la información actualmente disponible, no tenemos ninguna base para emitir nuevas directrices a los operadores”, apuntó.
La mayoría de las aerolíneas estadounidenses han continuado volando sus unidades, incluyendo a Southwest y American Airlines. Sin embargo, el sindicato de esta última pidió que sean suspendidas las actividades hasta tener resultado de las investigaciones de los accidentes.
En tanto, el presidente Donald Trump arremetió en un polémico tuit contra los pilotos y contra la seguridad de los aparatos más nuevos.
“Los aviones se están haciendo cada vez más complejos de volar. Ya no se necesitan pilotos, sino a científicos informáticos del MIT”, escribió apuntando a que los desarrolladores siempre van un paso adelante cuando “lo viejo y más simple” es mejor. “No sé tú, pero yo no quiero a Albert Einsten de piloto. Quiero excelentes profesionales que puedan tomar control de un avión de forma fácil y rápida”, dijo.
Mayor seguridad
Por su parte, la firma aeronáutica indicó que actualizará el software de control del vuelo de sus aeronaves para “hacerlas aún más seguras” antes de abril, fecha límite en que la autoridad de aviación ha previsto aplicar la normativa.
La firma con sede en Chicago anunció que comenzó a desarrollar una mejora de la tecnología junto a la FAA, tras el accidente de Lion Air en Indonesia en octubre de 2018, y que la aplicará en su flota “en las próximas semanas”.