Una de las declaraciones cruciales en la carpeta investigativa en torno a la figura de Rafael Garay, es la de Ninoska Miranda, una amiga cercana.
Miranda declaró a la fiscalía que ambos se conocieron en "abril o mayo del año 2015", ya que Garay era cliente de Kaufmann, lugar donde ella trabaja.
En esa empresa, el ingeniero adquirió seis vehículos de gama alta entre los años 2015 y 2016, los que utilizó por algunos meses y que luego revendió a Kauffman.
"Debido a que Rafael era un cliente frecuente de la empresa, comenzamos a tener una amistad, ya que compartíamos gustos filosóficos, formas de pensar muy en común. Él frecuentaba parques cerca de mi lugar de trabajo lo que era poco frecuente y de forma muy esporádica, donde conversamos de su estado anímico, de cosas en común que compartíamos, deportes que practicábamos", señala Miranda.
Me señaló que se iría del país y que no pensaba regresar, al ser consultado por esta decisión, me manifestó que iba a surgir un problema con los clientes de su empresa, los que probablemente se querellarían en su contra, hecho que lo pondría en serios aprietos.
Sin embargo, fue una conversación en particular la que llamó la atención de Miranda. Y sin saberlo, en esa oportunidad Garay le adelantó lo que vendría en los próximos meses.
La ficha médica de Garay que descarta un cáncer cerebral e insinúa trastornos psiquiátricos
"Es importante destacar que el día 23 de agosto de 2016, fui a su departamento ubicado en la comuna de Lo Barnechea, donde me señaló que se iría del país y que no pensaba regresar. Al ser consultado por esta decisión, me manifestó que iba a surgir un problema con los clientes de su empresa, los que probablemente se querellarían en su contra, hecho que lo pondría en serios aprietos. Agregó, que todo esto, comenzaría a partir del día 18 de septiembre en adelante. Después que mencionó esto, le temblaron las manos y se puso muy pálido", declaró Miranda.
Luego de eso, Miranda relata que tuvo contacto con Garay el 11 de septiembre. Para entonces, el ingeniero comercial ya había abandonado el país. En esa ocasión, él le contó lo mismo que hasta ahora le había contado a todos sus cercanos: que padecía de cáncer terminal y que había dejado el país para tratarlo.
El resto es historia y salvo por la precisión de las fechas, todos los miedos de Garay se concretaron.
El 4 de septiembre Rafael Garay partió rumbo a Francia para luego dirigirse a Rumania. Pocos días después de su salida, el economista pasó de desaparecido a prófugo de la justicia, luego de que un grupo de inversores se querellaran en su contra por estafa.
Actualmente, se encuentra cumpliendo arresto domiciliario en Rumania, donde fue formalizado por porte de identificación falsa.
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