La crisis argentina no escapa a actores extranjeros con actividades en ese país. En medio del indetenible alza de los precios del último año, empresas estadounidenses se han visto forzadas a dejar de usar el peso argentino para contabilizar sus negocios en la nación, generando pérdidas multimillonarias en el mercado cambiario de divisas.

Según un reporte del diario británico Financial Times, las reglas contables de EEUU han empezado a solicitarle a firmas con sede en su país, pero que operan en Argentina, que utilicen el dólar como su “moneda funcional” para las actividades que realicen en la nación trasandina, como fórmula para hacer frente a la galopante inflación que en tres años ha excedido el 100%.

Y es que, a pesar de los esfuerzos por contenerla desde el gobierno de Mauricio Macri, todo indica que este año también será de alto impacto para el bolsillo. Tras cerrar el 2018 con una inflación de 47,6%, la consultora argentina Elypsis elevó su pronóstico del indicador anual para fines de este año a 34%, desde un 32%.

En entrevista con Bloomberg, el economista jefe de la firma con sede en Buenos Aires, Gabriel Zelpo, dijo que el IPC promedio de marzo se espera en 4%, con importante incidencia del aumento de la carne –que subiría hasta 5%- y de los precios regulados.

De un día para otro

Las entregas de resultados anuales que fueron divulgados en el último mes, mostraron que se requirió a varios grupos empresariales enlistados en Nueva York que implementaran el cambio en su contabilidad.

Entre esas compañías están la aseguradora Assurant, que reportó un costo de US$ 17.200 millones por llevar a cabo las modificaciones. También Brink’s -la firma estadounidense de seguridad y protección privada con sede en las afueras de Virginia- que registró cargos por US$ 8 millones, y la tercera empresa de personal del mundo, ManpowerGroup, con sus US$ 2.500 millones.

El impacto vendría dado porque “de un día para otro, necesitas medir todas tus transacciones en dólares estadounidenses”, explicó a FT Eduardo Loiacono, socio de mercados de capital en la consultora PwC Argentina.

A ello se suma que las subsidiarias en la nación trasandina también necesitaban cuentas en pesos para satisfacer los requisitos locales. “Es un desafío, y también más trabajo. Pero las empresas estadounidenses no tienen otra opción”, dijo Loiacono.

Assurant apuntó en su reporte anual que el cambio al uso del dólar para su operación argentina hizo que volviera a calcular los “activos y pasivos monetarios no denominados en dólares estadounidenses”.

De decidir seguir utilizando el peso para sus cuentas, se les exige que las modifiquen para ajustar la inflación.

Este se ha convertido en el nuevo dolor de cabeza para las multinacionales en Argentina, que ya tenían que atravesar -como el resto de las empresas- la continua volatilidad económica que ha impedido que las inversiones aumenten al ritmo que el convulsionado país necesita.

“Las empresas quieren predictibilidad, y en un ambiente con una inflación tan alta es muy difícil hacer planes”, explicó Juan Manuel Vaquer, jefe de la Cámara Americana de Comercio en Buenos Aires.

La situación fiscal podría mejorar a fines de este año, pero analistas estiman que el daño en la confianza empresarial ya estaría hecho.

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