La economía chilena poco a poco comienza a tomar vuelo. El Banco Central reportó que el desempeño de la actividad entre enero y marzo tuvo un crecimiento de 0,3% en doce meses, siendo el mejor trimestre desde el periodo julio-septiembre de 2019.
De acuerdo con el informe de Cuentas Nacionales del ente emisor la actividad productiva se vio impulsada por el comercio en mayor magnitud que logró crecer 12,3% en comparación con igual período del año anterior.
Al comercio se le sumó en los primeros tres meses el buen desempeño del sector agropecuario-silvícola (2,3%) y la industria manufacturera (2%). Por el contrario, los servicios y la construcción se vieron afectados negativamente por las limitaciones a la movilidad asociadas a la pandemia. En la construcción, el informe señala que la caída anual de 11,7% obedeció a la menor edificación tanto habitacional como la no habitacional.
Por el lado de la demanda interna, en doce meses creció 6,7% y lideró en los primeros tres meses del año el gasto. Es así como el mayor gasto de los hogares en bienes durables, en particular, ocasionado por las medidas económicas de apoyo y los retiros parciales de los fondos previsionales, nuevamente empujaron el consumo tal como fue el escenario al cierre de 2020.
Otra variable que influyó en el gasto interno, según el análisis del Central fue la inversión. Ella se sustentó por una acumulación de existencias con lo que el ratio acumulado en doce meses fue -0,3% del PIB. En paralelo, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) se elevó 0,7% gracias a que el componente de maquinaria y equipo aumentó. Por el contrario, la inversión en construcción y otras obras cayó.
Cómo va la evolución de la recuperación
En tanto el pulso a la evolución trimestral exhibe, según el reporte, que el Producto Interno Bruto (PIB) con ajuste estacional aumentó 3,2% empujado por los servicios. En ellos destaca el aporte de los servicios personales y, en menor medida, de los servicios empresariales y transporte.
Para demanda interna el informe señala que “continuó mostrando signos de recuperación, creciendo 8,8% en términos trimestrales”. La explicación tiene directa relación con la flexibilización gradual de las medidas de control sanitario y una mejor adaptación de los hogares y empresas a la emergencia sanitaria.
Destaca que en el primer trimestre hubo crecimiento en todos los componentes de la demanda interna, destacando la variación de existencias y, en menor medida, el gasto de los hogares en servicios.
Otras variables
El ingreso nacional bruto disponible real (INBDR) creció 4,3%, impulsado por un aumento en los términos de intercambio. Este efecto fue en parte compensado por mayores rentas netas pagadas al exterior. El ahorro bruto total ascendió a 23,9% del PIB en términos nominales, compuesto por un ahorro nacional de 21,9% del PIB y un ahorro externo de 2,0% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza den Pagos.
Las exportaciones de bienes y servicios registran una merma de 5,1%, mientras que las importaciones exhiben un alza de 17%.