La calle Ahumada, en el centro de Santiago, por los años 1800, fue conocida como “la calle Falabella”. Allí partió todo, donde los Falabella y luego los Solari, todos inmigrantes italianos, dieron forma a lo que más de un siglo después sería un imperio en Chile y Latinoamérica y que sumó a más accionistas como los Del Río, Karlezi y Cúneo.
Una de las primeras tiendas de lo que partió como la “Gran Sastrería Económica Italiana” estaba ubicada en Ahumada 242. Es justamente esa sede, además de Ahumada 366, las que están en venta y ofreciéndose en el mercado desde diciembre.
A ello se suma el anuncio de cerrar las tiendas de Estación Central, y el aviso que dieron este miércoles sobre el término de la tienda emplazada en Lyon con Avenida Providencia. Todo es parte de la idea de Falabella para reducir costos y su plan de desinversiones por entre US$ 800 millones y US$ 1.000 millones. Además, Mall Plaza comprará las ubicaciones de Open Plaza en Perú y en Chile están con mandato de venta igual.
En el caso del centro de Santiago la firma que está a cargo de la operación es Colliers. Aunque la empresa declinó referirse al tema, en el mercado se comenta que ambas ubicaciones, de unos 1.700 metros cuadrados cada una, recién están entrando al proceso de venta, pero que ya han aparecido numerosos interesados, sobre todo empresarios de origen asiático que quieren instalar tiendas de variados artículos en una de las calles más transitadas del centro de la capital.
No hay plazo concreto para la venta, pero a Falabella le interesa tener cuanto antes más liquidez. De hecho, una de las opciones que han aparecido de parte de los propios interesados es que se arriende la tienda primero, y luego ésta sea vendida con flujo de ingresos establecidos, lo que hace más interesante la oferta.
Algo similar podría ocurrir en la tienda de Lyon. Aunque no hay un mandato para que un corredor lidere la transacción, se estima que será una empresa de retail la que se quede con el edificio, el que también podría ser de empresarios de origen asiático.
Algunos también comentan que podría ser un mix entre un local comercial y dark store en la parte de atrás. Un proyecto inmobiliario o de oficinas no tendría sentido por la baja actividad actual de esos dos submercados. Contactada la compañía, no se refirió al proceso.