La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) dio inicio al proceso más importante para la industria financiera en las últimas dos décadas: la implementación de los nuevos estándares de capital de Basilea III.
La comisionada de la CMF, Rosario Celedón, acompañada del vicepresidente del Consejo, Christian Larraín, y de la directora de Estudios del ente regulador, dieron el puntapié a este hito con la publicación en consulta de la norma que establece la metodología para definir los bancos sistémicos, tal como adelantó Diario Financiero.
Esta norma, permite identificar a los bancos que por su tamaño en el mercado, interconexión, sustitución dentro de la industria y por su complejidad, requieren de más capital que otros actores del sistema debido al grado de implicancia que tienen para la economía del país.
La norma estará a disposición de comentarios por parte de los actores del mercado hasta el 26 de septiembre.
Según detallaron desde la CMF, en el informe de impacto regulatorio al cierre del año pasado se identificaron seis bancos sistémicos importantes que requerirán una inyección de capital adicional por su peso en la industria financiera de 1% a 1,5% de US$ 2.500 millones.
De acuerdo a las estimaciones de mercado que sondeó este medio, estos seis bancos serían Santander, Banco de Chile, BancoEstado, Scotiabank, Bci e Itaú. La publicación final de qué entidades serán catalogadas como sistémicas ocurrirá en marzo de 2021.
El siguiente paso será la primera inyección de capital que comenzará en diciembre de 2021 por un 25% del margen que asigne la CMF, de tal forma que en los próximos cuatro años completen el proceso de forma gradual.
La CMF destacó que esta normativa permitirá una beneficio económico neto anual -derivado de una mayor estabilidad financiera- de alrededor de 0,5% del PIB, “superando largamente los costos asociados a las exigencias adicionales de capital”.
Celedón destacó que “el inicio del proceso normativo de Basilea III representa una oportunidad para que la banca desarrolle una estrategia de capital y de gestión de riesgos que le permita adaptarse a los requerimientos sin grandes sobresaltos”. Además, valoró que este paso contribuye a la internacionalización de la banca chilena.