En una columna de opinión publicada hoy en El Mercurio, el rector de la FEN de la Universidad de Chile, José de Gregorio, refuerza lo que ya se ha hecho sentir en el mercado: la necesidad de abandonar la regla fiscal por un par de años para asumir un mayor gasto por parte del Estado para hacer frente en lo inmediato a las demandas sociales.
Si bien, en materia de pensiones y de salario mínimo reconoce que ambas medidas anunciadas por el gobierno van en la dirección correcta, mirando en el largo plazo aboga por un mayor compromiso de parte del sector privado.
En el caso de pensiones, reiteró que propone que las empresas coticen un 2% del salario para ser repartido entre todos los pensionados del sistema de capitalización.
En relación con el ingreso mínimo dijo que "el anuncio es solo apoyo estatal y corresponde también a las empresas contribuir. Creo que se debe subir el salario mínimo al menos a $350.000. Tiene costos en el empleo, pero más allá de obvias razones éticas, costaría entender que existan empresas que dependan para subsistir pagar salarios indignos".
Lo que propone es que el complemento anunciado por el gobierno (de subsidiar desde el actual ingreso mínimo garantizado de $301.000 ha $350.000) sea implementado como un impuesto negativo al ingreso para mitigar potenciales efectos sobre la informalidad y que el sueldo mínimo sea fijo por al menos dos años.
"Estas medidas tienen costo fiscales, pero no de largo plazo. La regla se abandonaría por dos o tres años y probablemente se puede usar algo de los fondos soberanos. Hay muchas demandas que se deben abordar, y será necesario financiarlas".
Otro punto al que alude en su columna es "dejar solo los componentes recaudatorios de la reforma tributaria actualmente en el Congreso, no discutir temas respecto de la fiscalización ni la reintegración, y esto recaudaría como 0,3 puntos del PIB".
El expresidente del Banco Central señala que es necesario dejar de lado el debate en torno a la reducción de jornada laboral a 40 horas. Esto, dado que estas medidas aumentan los costos laborales y es necesario evitar un "efecto importante en la creación de empleos, la que ya es bastante débil".