La Oficina Federal de Vehículos Motorizados de Alemania (KBA), organismo dependiente del Ministerio de Transporte germano, anunció el martes que ha convocado a la fabricante de coches Audi a dar explicaciones sobre la presunta instalación de dispositivos ilegales en sus motores diésel.
De acuerdo con la KBA, con sede en la ciudad norteña de Flensburg, la compañía que pertenece al gigante automovilístico Volkswagen es sospechosa de haber trucado un total de 60.000 vehículos en todo el mundo de sus modelos A6 y A7 con motores diésel.
No es la primera vez que la empresa se ve salpicada por irregularidades relacionadas con la manipulación de motores diésel. A mediados del año pasado, la KBA ya obligó a Audi a retirar el software ilegal que la automotriz instaló en 24.000 de sus vehículos con el objetivo de manipular las emisiones de gases contaminantes.