Seis trimestres consecutivos de caídas sumaría la inversión. Así lo estimó la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), que prevé que durante el cuarto trimestre del año, la formación bruta de capital fijo retrocederá nuevamente en alrededor de -5%, tras el -10% y -8% de los períodos previos.

"Esto indica que aún no se puede dar por superado el deterioro que experimenta la inversión desde  mediados de 2013", aseguró el organismo en un informe de coyuntura. "La trayectoria de la inversión en 2014 terminará defraudando incluso a aquellas proyecciones más pesimistas formuladas a lo largo de los últimos meses".

Con la caída prevista para octubre-diciembre, la inversión completaría un descenso cercano a -7% en el año, lo que -sostuvo- es "bastante más profundo que el -1,1% previsto por el consenso del mercado a mediados de año. Y también por debajo de las proyecciones más recientes efectuadas en noviembre (-5,1%) y a comienzos de diciembre (-5,6%)".

"La significativa caída prevista para la inversión en 2014 no ha obedecido a una crisis económica o financiera clásica. Tiene que ver con la madurez en el ciclo del cobre y una crisis de expectativas, en medio de importantes reformas económicas", explicó la CSS.

Asimismo, detalló que los indicadores parciales relativos a la inversión permiten prever que aún no logra salir de su estado de debilidad. Las importaciones de bienes de capital mantienen un patrón fuertemente contractivo, por lo que proyectó una baja de entre -10% y -13% en el último trimestre.

Agregó que el índice de actividad de la construcción elaborado por la Cámara Chilena de la Construcción, inició a finales del segundo trimestre una fase contractiva, mientras que otros indicadores líderes de actividad, también dan cuenta de un estado muy deprimido en las decisiones de inversión.

Con miras al próximo año, la CCS detalló que las proyecciones de consenso para 2015 no apuntan a una mejoría significativa en la formación bruta de capital, y se sitúan en torno al 2% (coincidentes con las estimaciones de la CCS), y responden fundamentalmente, al efecto estadístico de la bajísima base de comparación 2014.

Sin embargo, sostuvo que "la prolongación de esta tendencia contractiva más allá de lo presupuestado, no permite descartar cifras negativas o muy débiles para la primera parte de 2015, desafiando un diagnóstico más preciso de las causas fundamentales".

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