El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes en Twitter que volverá a imponer aranceles al acero y al aluminio procedentes de Brasil y Argentina.

Esto significa que las importaciones de esos materiales que lleguen a la frontera estadounidense tendrán un recargo, lo que podría disuadir a la industria local de comparar acero o aluminio procedente de esos países.

Los expertos advierten que es probable que la medida lleve a las compañías en EE.UU. a buscar nuevos proveedores que les permitan mantener el precio de sus productos y seguir siendo competitivos en el mercado global.

El acero y el aluminio son usados intensivamente por la industria alimentaria en envases y para la protección de sus productos, así como en la industria automotriz para la fabricación de vehículos y de piezas o en la fabricación de maquinaria.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, respondió este lunes que hablaría directamente con Trump sobre la decisión.

Las razones de Trump

Del tuit en el que el presidente afirma que pondrá en marcha esta medida se desprende que la amenaza está ligada al desplome del real y el peso frente al dólar.

Trump cree que está devaluación es premeditada y daña la competitividad de las empresas estadounidenses en los mercados internacionales sobre todo de su sector agrícola.

"Brasil y Argentina han registrado una devaluación masiva de sus divisas, lo que no es bueno para nuestros granjeros por lo que, con efecto inmediato, voy a restaurar los aranceles al acero y al aluminio importado desde estos países", dice la primera parte del anuncio en Twitter.

Mensaje a la "Fed"

En su segunda parte, Trump se dirige a los responsables de las políticas monetarias de la Reserva Federal.

"La Reserva Federal también debería actuar para que los países, que hay muchos, no se aprovechen de la fortaleza del dólar para devaluar aún más sus monedas", dijo.

"Esto hace que sea muy difícil para nuestros fabricantes y agricultores exportar sus productos de manera justa", escibió Trump.

Su petición se cierra con una llamada a la Fed para que rebaje sus tipos de interés.

No es la primera vez que el mandatario insta al organismo a recortar las tasas, argumentando que los tipos negativos en Europa y otras partes dan a esos países una ventaja competitiva.

El pasado mes de agosto, Estados Unidos respondió a la devaluación del yuan designando a China como país "manipulador de divisas" y extendiendo el alcance de la guerra comercial.

"China devaluó su moneda a un mínimo histórico. Eso se llama 'manipulación monetaria'. ¿Estás escuchando Reserva Federal? ¡Esta es una violación importante que con el tiempo debilitará a China!", decía aquel tuit.

Para el presidente estadounidense proteger las empresas nacionales es uno de sus principales objetivos.

El próximo año se celebran elecciones presidenciales en Estados Unidos.

"Creemos que es poco probable que sea reelegido en 2020 si la economía de Estados Unidos se está contrayendo", le explicó Greg Meier, economista senior de la gestora internacional Allianz Global Investors, a BBC Mundo para un artículo sobre por qué al país norteamericano y a China les interesa poner fin a la guerra comercial.

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