Mientras Shachar Bialick atravesaba las olas, su cuerpo le dolía tanto que no creía que pudiese continuar.
En ese entonces tenía 18 años y estaba cumpliendo su entrenamiento inicial para las el ejército de Israel.
Él y los otros nuevos reclutas debían caminar 40 kilómetros cargando 40 kilos en sus espaldas.
Por si eso no fuera lo suficientemente difícil, tenían que hacerlo avanzando a lo largo de la costa y a veces por el mar hasta una profundidad de al menos 40 centímetros.
"Puedes imaginar lo difícil que fue", dice Bialick que ahora tiene 38 años.
"Después de los primeros 10 km, pensé que no había manera de poder continuar. Cuando finalmente terminé los 40 km, me sentí muerto, pero luego pensé: 'Bien, puedo hacer esto'. Te da la idea de que todo es posible".
La vida de un soldado de las fuerzas especiales israelíes puede parecer que está a años luz del mundo de los negocios, pero Shachar dice que los tres años en el ejército le dieron la determinación de tener éxito en su carrera posterior como emprendedor.
"Me dio valor y perseverancia, que son factores clave para el éxito en los negocios".
Una idea atractiva
Shachar es el fundador y jefe de Curve, una empresa tecnológica con sede en Londres.
La compañía proporciona a los usuarios una tarjeta bancaria y una aplicación que centralizan todas sus tarjetas bancarias y cuentas en un solo lugar.
Entonces, en lugar de tener que llevar una billetera llena de tarjetas diferentes, puedes usar Curve.
Suena como una idea que atraería a muchas personas, y Shachar tiene grandes planes para el negocio que lanzó en 2016.
En la próxima década, tras salir a cotizar en bolsa "esperamos que valga entre US$50.000 millones a US$60.000 millones", dice sobre Curve.
Obviamente, se trata de un objetivo muy audaz, pero los primeros inversores de Curve están mostrando su confianza en Shachar. En julio, la compañía sumó US$55 millones en nuevos fondos que han hecho que se valore en US$250 millones.
Talento
Nacido en Tel Aviv, la segunda ciudad más grande de Israel, Shachar se crió en el asentamiento de Ariel, en la Cisjordania ocupada.
Con un comportamiento conflictivo en la escuela, pero con un gran talento para las computadoras, a los 16 años fue enviado a estudiar informática a una universidad de Tel Aviv.
Dos años después tuvo que hacer el servicio militar obligatorio.
Tras abandonar el ejército, Shachar fundó con éxito y luego vendió una serie de empresas, incluido un negocio de puertas y ventanas, y una empresa de reclutamiento de personal.
También obtuvo un título de posgrado en administración de empresas.
A pesar de tener dinero en el banco por su exitosa carrera comercial, antes de lanzar Curve cuando tenía 36 años, Shachar dice que tanto su suegro como su esposa se preguntaban si alguna vez él se conformaría con una compañía.
"'¿Qué vas a hacer con tu vida?', me dijo mi suegro. 'No puedes desperdiciar tu talento. No trabajarás para nadie más... ¿está bien?, ve por ello', agregó".
Y a su esposa le preocupaba que la situación pudiera afectar la relación de ambos, ya que sabía que él dedicaría todo su tiempo a fundar la empresa. Afortunadamente, Shachar dice que su esposa y sus padres lo siguen "apoyando".
"Construir tu propia realidad"
Shachar podría haber basado el negocio en Israel, pero dice que eligió Londres por varias razones, incluidas su reputación como capital global de finanzas y el acceso a una gran cantidad de empleados talentosos.
Curve ahora tiene más de 500.000 usuarios en 31 países europeos y cuenta con más de 150 empleados. La expansión a EE.UU. está prevista para el próximo año.
La empresa obtiene dinero de los cargos bancarios que pagan los minoristas, la tarifa de suscripción mensual de su tarjeta premium y la venta de otros servicios bancarios.
El autor y analista de empresas financiero-tecnológicas (Fintech), Chris Skinner, dice que Curve es cada vez más popular.
"Como muchas nuevas empresas fintech de Reino Unido, a Curve se le ocurrió una idea única", dice.
"La agrupación de todas tus tarjetas de crédito y débito en una sola aplicación y el uso de una sola tarjeta demostró ser una propuesta convincente".
"La visión de Curve, junto con muchas otras empresas fintech de Reino Unido, es la razón por la cual el país tiene más empresas de tecnología financiera en etapa inicial valoradas en miles y millones de dólares que cualquier otro lugar del mundo, incluido Silicon Valley".
Mientras Curve continúa creciendo, Shachar dice que sigue agradecido por el servicio militar que hizo hace tantos años.
"Cuando tenía 18 años era muy ingenuo acerca de la vida, muy poco optimista", dice. "Y ellos (por las Fuerzas de Defensa de Israel) te destrozan. Cambian tu carácter y cómo piensas".
"Muchas veces en la vida ves el final frente a ti y quieres darte por vencido. Me enseñaron a seguir adelante, a intentar, intentar e intentar. Si crees, puedes construir tu propia realidad".