Cuando recibió el Premio Nobel de Economía en 2013, al estadounidense Robert J. Shiller lo describían como un innovador que logró incorporar elementos de la psicología en la investigación económica y un pionero en el análisis de la volatilidad del mercado financiero, los precios de los activos y las burbujas especulativas.
A fines del año pasado, Shiller publicó Narrative Economics: How Stories Go Viral and Drive Major Economic Events, poco antes de que estallara la pandemia de coronavirus.
En BBC Mundo, conversamos con el profesor de la Universidad de Yale sobre cómo esta nueva "economía pandémica" está afectando nuestras vidas, qué relación tiene con otros eventos históricos, cómo influye en los mercados financieros y de qué manera puede transformar el mundo en que vivimos.
Esta entrevista fue editada por razones de claridad y concisión.
Estamos al borde de una recesión económica global que ha sido comparada con la Gran Depresión. ¿Le parece que son dos eventos de alguna manera comparables?
La mayor parte de la gente piensa que no hay un paralelo con la Gran Depresión porque la Gran Depresión fue causada por errores humanos, más que por un evento externo.
Acepto esa idea, pero no completamente, porque pienso que el miedo que tenemos en este evento puede durar más tiempo, así como su impacto en nuestro pensamiento y psicología. No es incorrecto mirar a la Gran Depresión como un indicador.
¿Cuáles son las mayores similitudes entre lo que estamos viviendo ahora y lo que ocurrió con la caída de la bolsa en 1929?
La gente experimenta lo que los psicólogos llaman la "heurística de la afectividad", un concepto acuñado por Paul Slovic, que dice que las personas toman decisiones con base en eventos que les provocan temor.
Tengo un artículo sobre esto con William Goetzmann y Dasol Kim. Preguntamos a la gente a través de encuestas sobre la probabilidad de que se produjera una caída del mercado como en la Gran Depresión de 1929.
Encontramos que la gente estaba muy preocupada por una caída bursátil basándose en eventos históricos que son muy raros. La gente tiene una inclinación natural a exagerar el riesgo. Y descubrimos que después de eventos negativos, como un terremoto, se acelera la tendencia al miedo de un colapso financiero.
El evento de la pandemia es un perfecto ejemplo de heurística de la afectividad. Para la mayoría es un evento relacionado con quedarse en casa por el miedo a una enfermedad que ha matado a mucha gente.
La pandemia es más poderosa que un terremoto en el sentido de generar preocupación y ansiedad en la gente. Y esa ansiedad puede durar por mucho tiempo.
Al final depende de si estás dispuesto a gastar dinero. ¿Estás dispuesto a gastar dinero en unas vacaciones en un hermoso lugar o a tomar un crucero? Bueno, te diría que no se siente bien hacer algo así ahora.
En su último libro, Narrative Economics: How Stories Go Viral and Drive Major Economic Events, usted explica cómo las historias que contamos influyen o impulsan eventos económicos. ¿Cómo funciona esto en el contexto de la pandemia?
El tema de la pandemia está en todas partes, así como las narrativas sobre las respuestas a la pandemia, como por ejemplo, si los gobiernos están haciendo o no están haciendo un buen trabajo.
¿Qué efectos tiene esta narrativa? Tiene malos y buenos efectos. Uno es que nos hace tener miedo, porque vemos el miedo que tienen otras personas cuando hablan sobre el tema. Eso ayuda a exagerar nuestros miedos.
Lo vemos, por ejemplo, cuando se produce una burbuja negativa en la bolsa de valores.
La gente ve que los precios caen y tratando de descubrir por qué, comienza a amplificar historias que explican el declive. Las historias se difunden y los precios vuelven a caer una y otra vez.
Siguiendo ese argumento, usted dice que no existe una pandemia, sino dos. La pandemia de covid-19 y la pandemia de la ansiedad financiera por las consecuencias económicas que puede tener la primera. ¿Cómo se interrelacionan estas dos pandemias?, ¿no son acaso dos caras de una misma moneda?
La intensidad de la reacción frente a la crisis de covid-19 es en parte lógica. Muchos países han implementado políticas para quedarse en casa o cuarentenas. Eso es una causa real que afecta a la economía.
Pero al mismo tiempo, hay una aspecto psicológico que genera miedo y ansiedad. Se crea un estado de ánimo ansioso y esa ansiedad es una epidemia en sí misma, no es una respuesta racional a las noticias, por eso digo que hay dos pandemias.
Tenemos epidemias de influenza cada año, no matan a tantas personas como la covid-19, y la gente, me parece, las ignora. El aumento del miedo desde una influenza a un coronavirus, probablemente está impulsado por esta narrativa, ya que todos están hablando de esto intensamente.
Los científicos y los gobiernos están lidiando con la pandemia de covid-19. ¿Pero cómo se pueden manejar los efectos de la pandemia de ansiedad financiera?
Desafortunadamente es un problema difícil porque el gobierno no puede controlar la ansiedad pública. Eso es una cosa de psicoterapia. Supongo que podríamos darle a todos una visita al terapeuta. No se si eso sería suficiente (ríe).
Quizás junto con el cheque de US$1.200 que el gobierno de Estados Unidos envió a las personas para aumentar el consumo...
Eso cubriría apenas una sesión con algunos psiquiatras.
Han pasado casi dos meses desde que la bolsa llegó a su punto más bajo el 23 de marzo. Si miramos el índice bursátil S&P 500, la curva va en ascenso tras una brutal caída. ¿Qué nos dice esto de los mercados?, ¿por qué se han estado recuperando si aún persiste la incertidumbre?
Porque hay FOMO (miedo a perderse algo o "fear of missing out", en inglés), un término que alguien usó en Goldman Sachs para describir un estado de ánimo.
Se habla sobre una nueva vacuna que estaría en camino, entonces aparecen noticias favorables sobre la vacuna. Y lo mismo ocurre con los tratamientos para la enfermedad.
Vemos una narrativa que influye en la percepción de los inversores. Se podría decir que el mercado puede subir cuando se confirme claramente que hay una vacuna o un tratamiento.
Pero lo que ocurre es que algunas personas se ponen ansiosas y no quieren mirar hacia atrás y darse cuenta de que se perdieron una de las mayores alzas en la historia del mercado financiero. Entonces invierten en el mercado y nos dejan en esta situación ambigua.
Eso es parte de la narrativa, ya que la idea de una posible recuperación con forma de V está vívida en la imaginación de la gente, porque tuvimos una recuperación con forma de V cuando se produjo una caída de 20% en la bolsa hacia finales de 2018. Y luego subió a nuevos récords.
Eso todavía está en nuestra memoria de corto plazo, apenas pasó hace un año y medio.
Si miramos hacia atrás, hay otros ejemplos. Al inicio de 2018 también vimos una recuperación en forma de V. Lo mismo en 2009.
Lo que vemos es una combinación entre las noticias sobre los virus y las experiencias recientes de recuperación de los mercados en forma de V que han hecho que la gente quiera quedarse en el mercado y eso hace que los precios de las acciones suban.
Si los inversores creen que tendremos una recuperación rápida, en forma de V, ¿podemos pensar que lo peor ya pasó en los mercados financieros?
No, no podemos esperar eso. Después de 1929 la bolsa de valores cayó un tercio, luego recuperó la mitad del terreno perdido en 1930, pero después colapsó otra vez. Y en 1936 volvió a subir y luego volvió a caer.
La economía estuvo débil toda la década, pero la bolsa estuvo en un viaje salvaje.
Creo que eso es lo que podemos tener reservado ahora: un viaje salvaje en la bolsa.
Es que la gente está muy enfocada en la pandemia de covid-19 y como piensa que va a afectar a los mercados, afecta a los mercados.
Usted ha dicho que la pandemia podría abrir una oportunidad para disminuir la desigualdad, pero otros economistas son más escépticos. ¿Qué lo hace sentirse optimista en ese sentido?
No conozco el futuro. La desigualdad podría crecer. Ha estado creciendo por algún tiempo. Esto es como una situación de guerra.
Afortunadamente no es una guerra real, pero habitualmente las situaciones de guerra tienden a unir a la gente. En esta ocasión, estamos todos del mismo lado. Todos los países del mundo están del mismo lado en esta guerra.
La pandemia se produce en un momento de división donde los gobiernos populistas en el mundo están defendiendo diferencias étnicas y religiosas. Entonces, podría ser un cambio bienvenido.
Eso no necesariamente provoca una disminución de la desigualdad, aunque usualmente la desigualdad disminuye durante o después de una guerra porque la gente está impresionada con el heroísmo de la guerra.
¿Qué resultados positivos podría dejar esta pandemia?
Supongo que podría haber algunas mejoras en programas sociales. Hemos visto durante la pandemia cuán vulnerable es la gente que vive cerca del límite. Hemos visto cómo ellos han sufrido durante la pandemia.
Podría haber mejoras en el sistema de redistribución, progresividad en el sistema de impuestos en el mundo y los servicios que se ofrecen al público, como el sistema de salud y la educación.
El sistema de salud es particularmente importante porque estamos conscientes de sus deficiencias y sabemos que las instalaciones no son adecuadas para enfrentar esta crisis.
También se ha vuelto a valorar de alguna manera el rol del Estado como proveedor de salud y el Estado como una pieza clave en momentos de crisis...
Eso pasó también en la Gran Depresión. Hubo algunas políticas redistributivas enfocadas en los sectores de bajos ingresos. Después de esta pandemia podría haber algunos cambios, parece probable, pero no puedo probar nada.
En Estados Unidos, hemos elegido un presidente que es más individualista y quiere abolir el sistema nacional de salud. Es difícil predecir la política, aunque todavía tengo la sensación de que podríamos ser mejores a partir de esta experiencia.
¿Cuál es su opinión sobre la manera en que el gobierno de Estados Unidos ha manejado la crisis y las decisiones que ha tomado Donald Trump ?
Según entiendo, él no prestó atención a lo que estaba pasando por mucho tiempo y confió en su instinto que le decía que esto era una falsa alarma que desaparecería pronto.
No aumentó la producción de dispositivos para hacer tests o equipos de protección. No lo hizo porque probablemente estaba ocupado viendo televisión, probablemente porque existía la posibilidad de un impeachment. Ya sabes, es difícil estar en tu mejor momento cuando te están señalando.
Él tendría entonces una gran responsabilidad en todo esto?
Él no es mi candidato favorito, tengo que decirlo. Es muy malo que nuestras discusiones políticas no sean más racionales. El problema es que él es un showman, él estaba haciendo un show cuando esta pandemia lo sorprendió. No estaba preparado.
Si Trump sigue desarrollando la narrativa de que China es el gran enemigo de Estados Unidos y promoviendo historias relacionadas con la idea de que ellos crearon el virus en un laboratorio, ¿puede esa narrativa ayudarle a ganar otro período?
Creo que eso es lo que está pensando. Él es bueno en este tipo de cosas, es bueno tomando riesgos en términos de crear narrativas falsas. Dice cosas que debería saber que son falsas y sin embargo las dice de todos modos.
Eso es problemático. Estamos viendo parte del problema ahora con lo que está pasando.
Tenemos más de 90.000 estadounidenses que han muerto y él es responsable por una gran parte de eso.
Desde una perspectiva global, ¿qué medidas económicas son más efectivas para enfrentar la pandemia?
Lo más importante es desarrollar una rutina sistemática de pruebas y de seguimiento de contactos. Eso debería haber sido implementado con más fuerza, porque si lo hubieras hecho, podríamos haber dejado que la economía siguiera adelante.
En Estados Unidos hay una reacción negativa a estas medidas de parte de personas que no quieren ser controlada por el gobierno.
Pero yo creo que es muy razonable una política de poner bajo cuarentena a la gente contagiada por un par de semanas. Esa es la mejor cura.
¿Qué lecciones hemos sacado en términos económicos de esta pandemia?
La primera es que las pandemias son reales y deberíamos empezar a prepararnos para la próxima pandemia. Cuando la gente comience a viajar nuevamente, los viajeros van a expandir la pandemia alrededor del mundo.
Y la otra lección es que necesitamos buenos gobiernos. Necesitamos gobiernos que se preparen y que respondan a tiempo.
El rol de cualquier presidente o primer ministro es enfrentar los problemas. Quizás la gente habrá aprendido esa lección. Necesitamos a alguien que sea un verdadero administrador al mando.
Más allá de la pandemia, ¿hay otras narrativas que le preocupen?
Hay otros problemas que han quedado de alguna manera cubiertos por la gigantesca atención que le hemos prestado a la pandemia.
Hay otra narrativa que es preocupante, que es la de los robots reemplazando los empleos de humanos. La narrativa de la inteligencia artificial y la idea de que podría ser una buena parte del aumento de la desigualdad. No es la única causa, eso podrá establecerse más adelante.
Nuestras vidas parecen estar dominadas por la tecnología de tal manera que ya no salimos de nuestras casas. Hablamos a través de las redes y las redes sociales se están convirtiendo en una realidad virtual con vínculos más fuertes.