Neil Shen ha logrado lo que ningún otro de sus compatriotas jamás logró: ser el primer ciudadano chino que encabeza la Lista Midas elaborada por la revista Forbes, en la que aparecen los 100 mejores inversionistas en capital de riesgo del mundo.
El ranking, cuyo nombre hace referencia a la mítica historia del rey Midas que convertía en oro todo lo que tocaba, reconoce a los que han tomado las más rentables decisiones de inversión.
Y de eso sabe mucho Neil Shen, fundador y socio de la firma de capital de riesgo Sequoia Capital China, que invierte en empresas cuando están en sus primeras etapas de desarrollo.
En términos futbolísticos sería como apostar por Messi cuando era niño y luego vender su pase cuando ya es una estrella.
Cuando Shen explica la razón de su éxito, suele decir que la clave está en apostar por aquellas startups que tienen potencial para llegar lejos.
Detectar tendencias
Aunque ha puesto su capital en todo tipo de compañías -en distintos niveles de desarrollo-, reconoce que le gustan especialmente aquellas que están recién comenzando y dice: "Les doy dinero a los peces pequeños y rápidos".
Con una fortuna estimada en más de US$1.000 millones, Shen se ha especializado en sectores tan distintos como tecnología, consumo, finanzas y salud.
Y ha puesto sus fichas en compañías como Alibaba, JD, ZTO Express y PPDAI, entre otras.
"Los mejores inversionistas de riesgo son aquellos capaces de detectar tendencias y de trabajar junto a fundadores que están abiertos a recibir asesoría", le dice a BBC Mundo Alejandro Cremades, emprendedor y autor del libro "El arte del financiamiento de las startups".
El experto cree que Sequoia ha sabido anticipar lo que viene y ha logrado asumir un rol activo en las juntas directivas de sus clientes.
Por otro lado, dice Cremades, tiene suficiente capital para apoyar a una empresa durante su expansión, hasta el momento de obtener ganancias a través de una adquisición o una oferta pública de acciones.
"Esto es algo que Neil ha sabido dominar".
"Tortugas del océano"
Nacido en la provincia de Zhejiang, el inversionista creció en Shanghái y estudió en la Universidad Jiao Tong, donde era considerado un "genio de las matemáticas".
Luego ingresó a la Universidad de Yale y de ahí se fue directo a Wall Street a comienzos de la década de los 90. Unos años más tarde decidió regresar a su país de origen, formando parte del grupo de las llamados "tortugas del océano": ciudadanos chinos que estudian en el extranjero y regresan a poner en práctica sus conocimientos.
En el sector bancario trabajó en firmas como Chemical Bank, Lehman Brothers, Citibank y Deutsche Bank.
Antes de convertirse en inversionista de capital de riesgo, hizo su propio emprendimiento con la empresa de viajes Ctrip, que en apenas seis años fue valorada en más de US$1.000 millones.
En 2005 recibió la oferta de Sequoia en Estados Unidos para hacerse cargo de su expansión en China y desde ese entonces, ha sido considerado como un hombre que -donde sea que pone recursos- atrae más y más dinero.
"Estamos en el negocio de ayudar a los emprendedores a levantar las mejores compañías del mundo, principalmente en la tecnología espacial", dice Shen.
Además de liderar la Lista Midas, Shen fue incluido en el ranking de las mayores "mentes vivas" en el mundo de los negocios de Forbes.
"Inversionistas como Neil dominan procesos como identificar patrones entre los fundadores de empresas que son necesarios para navegar las difíciles aguas de construir un negocio", dice Alejandro Cremades.
El avance del dragón
En la Lista Midas de este año hay 16 inversionistas de nacionalidad china o que viven y tienen sus operaciones en ese país.
Analistas dicen que una de las razones que explican este fenómeno es el rápido desarrollo de las startups chinas y la madurez del ecosistema de capital de riesgo.
En la medida que más dinero fluye desde Hong Kong, Pekín y Shanghái, es probable que en el futuro ingresen al ranking más inversionistas chinos, especialmente cuando ese país tiene planes estratégicos para convertirse en la mayor economía mundial.
Consultado sobre el futuro de los inversionistas y si alguna vez serán reemplazados por robots o programas informáticos, este Rey Midas moderno cree que las mentes como las de él seguirán siendo vitales para el negocio.
"No creo que seamos reemplazados por la inteligencia artificial. Este negocio es, a menudo, más arte que ciencia".