En medio de la compleja situación política venezolana, exacerbada en las últimas horas por las manifestaciones callejeras de seguidores y opositores del gobierno, se conoce un nuevo caso que nubla aún más el panorama económico del país: la ocupación por autoridades de una fábrica de General Motors en Venezuela.
La multinacional estadounidense del sector automotriz anunció en un comunicado que cesaba operaciones "de inmediato" en Venezuela, debido a lo que llamó "un secuestro judicial ilegal de sus activos" ocurrido el miércoles en la noche.
El comunicado dice que "ayer, la planta de General Motors Venezolana (GMV) fue tomada inesperadamente por las autoridades públicas".
Asegura que se retiraron activos de la compañía y advierte que "tomará enérgicamente todas las acciones legales, dentro y fuera de Venezuela, para defender sus derechos".
General Motors tiene actividad en el país desde 1948 y opera una planta en la ciudad de Valencia.
Decisión judicial
La acción denunciada por General Motors no parece ser una expropiación gubernamental.
En cambio, según reseñan medios venezolanos, es el resultado de una decisión judicial de un tribunal venezolano en el marco de una disputa comercial privada.
Según relató el diario El Universal de Caracas, "el Juzgado tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, notificó un amplio embargo sobre los bienes de General Motors Venezolana, C.A. (GMV)".
"Este embargo afecta la planta de Valencia, así como también a otros bienes de la empresa".
Aparentemente el juzgado dictaminó en una disputa legal entre un concesionario privado de General Motors y la multinacional estadounidense.
"En la causa, litigada por GMV desde el año 2000, un ex concesionario de Maracaibo embarga a la empresa", señala el medio venezolano.
En declaraciones a medios internacionales, no obstante, un vocero local de General Motors, aseguró que la planta estaba inactiva hace 42 días debido a la toma de la planta por un sindicato.
El vocero dijo que General Motors había intentado infructuosamente que el gobierno le ayudara a retomar el control de la planta.
Industria en crisis
Aunque no son enteramente claros los pormenores de la disputa que llevó a la ocupación por las autoridades de la planta, el incidente con General Motors es uno más que muestra las dificultades que están enfrentando empresas industriales multinacionales para operar en Venezuela.
"La economía venezolana inicia su cuarto año de recesión consecutiva y particularmente la industria automotriz ha vivido años desastrosos", le dice a BBC Mundo Jose Manuel Puente, catedrático de administración pública en el IESA de Caracas y frecuente crítico de las políticas gubernamentales.
"Para los primeros dos meses de 2017 solo se han producido en Venezuela 372 vehículos. En cambio, en los dos primeros meses de 2013 la economía venezolana había producido 13,600 vehículos", advierte Puente.
El experto asegura que las dificultades del sector se explican por la crisis económica, el control de cambios impuesto por el gobierno, la escasez de dólares y la dificultad para tener acceso a los insumos necesarios para producir.
Inversionistas en riesgo
Aunque en este caso la decisión sobre General Motors ocurrió formalmente mediante una resolución judicial, las políticas generales de la llamada revolución bolivariana han sido muchas veces consideradas hostiles frente a los inversionistas privados.
"En los últimos 18 años se han expropiado más de 300 empresas", alega Puente, quien asegura que el clima negativo de inversión ha llevado a que "Venezuela tiene los flujos de inversión directa extranjera más bajos de América Latina".
"Es un país en el que el gobierno ha sistemáticamente expropiado, nacionalizado e irrrespetado los derechos de propiedad".
El gobierno venezolano ha dicho en repetidas ocasiones que con sus políticas económicas defiende los derechos y el bienestar del pueblo ante lo que llama conspiraciones de la burguesía en colaboración con el "imperialismo estadounidense" contra la Revolución Bolivariana.