Detrás de la multa de US$2.700 millones que recibió Google la semana pasada, se encuentra una mujer a la que no le tiembla la mano a la hora de enfrentarse a gigantes tecnológicos.
El buscador no es el único que ha recibido un costoso jalón de orejas de Margrethe Vestager, la máxima autoridad en materia de Competencia en la Unión Europea(UE).
Facebook, Apple, Fiat y Starbucks son otras de las compañías a las que esta danesa ha puesto sanciones millonarias en los últimos dos años.
Desde que fuera nombrada comisaria de Competencia de la UE a finales de 2014, Vestager se ha convertido en la pesadilla de startups, unicornios y demás seres míticos de Silicon Valley.
Aún le queda un poco más de dos años en el mando y mucha energía para luchar porque los europeos puedan tomar sus "propias decisiones" a la hora de consumir sin que nadie se lo impida, como ha explicado a la prensa muchas veces.
Multas millonarias
El nombre de Vestager resonó la semana pasada por la cuantiosa multa impuesta a Google.
El sector digital se quedó perplejo. Todos sabían que la investigación al buscador más popular de Internet había concluido, que la posibilidad de librarse de una sanción estaba descartada y que el monto al que esta ascendía se revelaría esa misma semana.
Pero los cálculos y rumores hablaban de una penalización de alrededor de los US$1.100 millones. Nadie imaginó que Vestager se decidiría por un castigo ejemplar con una cifra que doblaba esta cantidad.
La danesa concluyó que Google favorecíaen su buscador a su servicio de compras por internet en perjuicio de sus competidores.
La compañía tiene menos de 90 días para hacer que Google Shop deje de aparecer como la primera opción cada vez que alguien hace búsquedas de artículos en su buscador.
Si no lo hace, podría volver a ser castigada, pero esta vez con hasta US$14.000 millones.
Una cifra parecida a la multa que la oficina de Vestager impuso el año pasado a Apple: US$13.000 millones.
En este caso, el delito fue haber negociado con el gobierno de Irlanda un acuerdo a medida que otorgó a la empresa de la manzana ventajas tributarias.
Durante 11 años, Apple sólo pagó impuestos por entre el 1% y el 0,005% de sus beneficios.
'Basura política'
Vestager quiso que la lección fuera clara e interpuso la sanción más alta que haya determinado Competencia jamás. "Los Estados no puedendar ventajas fiscalesa las empresas, da igual que sean grandes o pequeñas, extranjeras o europeas", sentenció en entonces.
Al director de la firma, Tim Cook, no le gustó nada y tildó su decisión de "basura política". Incluso la Casa Blanca se quejó.
Directores de grandes empresas pasan por el despacho de Vestager en Bruselas, sede de la Unión Europea, para intentar llegar a un acuerdo.
El propio Cook es uno de ellos. Según publicó el Finantial Times, acudió con una actitud poco conciliadora.
Según este diario, la acusó de actuar más como Venezuela que como Europa. Uno de los testigos calificó la cita como "la peor" a la que haya asistido en la capital belga.
Vestager, que confesaba hace poco en una entrevista con la revista Wired ser una "cliente leal" de Apple, soltó un consejo para Cook: "Juega respetando las normas europeas".
Para ella, la tecnología posibilita que construyamos una sociedad "abierta" y "transparente".
"Pero también hace posible una supervisión hasta un grado nunca antes visto y la comercialización del espacio personal hasta niveles también nunca antes vistos", señaló a ese medio de comunicación.
A la comisaria le preocupa que la mano invisible de Silicon Valley abuse de su posición e impida a los ciudadanos decidir: "Yo sé lo que necesito y no quiero que nadie más me lo diga".
Una ministra de serie
Pero, ¿cómo llegó Vestager a ocupar un lugar en las altas esferas de la Unión Europea?
Esta danesa de 49 años se dedica a la política desde que tiene 21.
Desde entonces, ha pasado por una gran variedad de puestos en su natal Dinamarca: ministra de Asuntos Eclesiásticos, de Educación, de Economía e Interior, líder del partido Social Liberal hasta aterrizar en 2011 el cargo de vice primera ministra del país.
Cuando se hizo cargo de la cartera de Educación, era la ministra danesa más joven y pronto se convirtió en la primera ministra embarazada durante su gestión.
Su carrera dejó huella en su país.
Guionistas locales la utilizaron como inspiración para la protagonista de Borgen, una serie sobre una primera ministra que llega al gobierno tras conseguir poner de acuerdo a partidos muy diferentes.
Durante sus últimos años en esta nación, sin embargo, llevó a cabo recortes que la hicieron poco popular.
Ha sido su papel como comisaria de la UE el que le ha devuelto la simpatía de su pueblo, donde muchos se enorgullecen de tener a una política que le planta cara a gigantes como Google o Apple.