No a todos los multimillonarios les gusta aparecer en los eventos más exclusivos y mostrar sus mansiones en las revistas.
Los Reimann, una de las familias más adineradas de Alemania, consiguieron durante décadas mantener un perfil bajo y que sea casi imposible encontrar una foto suya.
Con una fortuna valorada en US$4.400 millonescada uno, los cuatro hermanos ocupan el puesto número 480 en la lista de las personas más ricas del mundo.
A través de su consorcio JAB Holdings, controlan muchas marcas internacionales en sectores de consumo como la cosmética, los detergentes, la restauración y la moda.
Los jeans de Calvin Klein, el rímel de Rimmel, los champús de Wella, el lavavajillas de Finish o las rosquillas del Krispy Kreme. Si alguna vez has comprado alguno de estos, entonces has contribuido a la economía de Rainer (66), Wolfgang (65), Stefan (54) y Matthias (53).
JAB Holdings también participa en empresas de bienes de lujo como Chloé y Marc Jacobs, aunque era más conocido por la marca de zapatos Jimmy Choo, de la que se deshizo el pasado mes de noviembre.
Recientemente, el grupo pagó US$2.000 millonespor Prêt à Manger, una cadena de establecimientos que se presentan como una oferta de comida rápida pero saludable y que es muy popular entre los británicos.
La cifra puede parecer abrumadora, pero no constituye ni de lejos la compra más costosa que el consorcio haya hecho este año.
En enero, desembolsó US$18.700 millones por unir su grupo empresarial cafetero Keurig Green Mountain a Dr Pepper Snapple, la compañía propietaria de marcas como las gaseosas Dr Pepper y 7Up, y convertirse en el socio mayoritario de dicha fusión.
Ninguno de los hermanos juega un papel en el día a día del consorcio, como aseguraron a BBC Mundo fuentes de JAB Holdings. Pero su secretismo y poca visibilidad llaman la atención y los han convertido en un enigma.
Hasta encontrar imágenes suyas resulta difícil. "Lo siento, no hay fotos de las familia Reimann porque viven de forma muy privada y nunca están disponibles para publicitarse", respondió el grupo empresarial cuando BBC Mundo le pidió fotografías para ilustrar este artículo.
Los nueve herederos
La fortuna de los Reimann se remonta a la primera mitad del siglo XIX. El químico alemán Ludwig Reimann comenzó a trabajar en 1828 en la firma de Johann Adam Benckiser (JAB), que vendía ácidos cítricos y fosfatos en toda Europa.
La empresa terminó en manos de su familia después de que uno de los herederos de Benckiser -que no tenía descendencia- le cediera su parte.
No fue hasta mediados del siglo XX que el bisnieto de Reinmann, Albert, introdujo nuevos productos como el adhesivo para prótesis dentales Kukident y el lavavajillas Calgonit, según Bloomberg.
Con él comenzó la transformación de química industrial a empresa de bienes de consumo.
Cuando Albert falleció en 1984, su 11,1% de la empresa quedó en las manos de sus nueve hijos. Su familia, según la publicación económica Bloomberg, era poco usual: tres hijos fueron concebidos a través de vientres de alquiler y los otros seis eran adoptados (cuatro de ellos eran sus sobrinos).
Fue en 1992 cuando el consorcio comenzó la compra de otras grandes marcas hasta llegar a convertirse en el grupo empresarial diverso que JAB Holdings es hoy.
Pero ya no todos los hijos viven del negocio familiar. Los cuatro sobrinos de Albert, los Reimann-Dubbers, vendieron su parte en 1997 y una quinta hija, Andrea Reimann-Ciardelli, hizo lo mismo por cerca de US$1.000 millones en 2003. Ahora, cuenta con la nacionalidad estadounidense y también aparece en la lista de los más ricos de Forbes, pero muy por detrás de sus hermanos: en el puesto 1.999.
Los cuatro hijos que aún participan en JAB Holdings también tienen apellidos diferentes: Matthias y Stefan se apellidan Reimann-Andersen, Renate es Reimann-Haas y Wolfgang es el único que no con el Reimann a secas.
El sector del café
JAB Holdings parece estar tomando ahora un rumbo diferente con un nuevo objetivo: expandir su presencia en la industria del café.
"El café provee una oportunidad de inversión única dada la fuerte demanda global de consumo y el hecho de que la industria permanece relativamente fragmentada", aseguró a BBC Mundo en un correo electrónico el presidente de la junta de JAB Holding, Bart Becht.
"Es un producto saludable que se bebe a diario y a prueba de crisis económicas", dijo.
En los últimos años, el consorcio ha invertido US$56.000 millones en adquisiciones y fusiones, según la publicación digital MarketWatch, con fabricantes de café empaquetado como Kenco o Douwe Egberts y otras actividades relacionadas con este producto como las tiendas de café Peet's y las cafeteras Keurig.
En sólo cinco años, se ha erigido como el segundo agente más grande del sector, solo por detrás de Nestlé, según Reuters.
La cifra de inversiones incluye las compras de empresas como Prêt à Manger, que tiene una relación indirecta con el café, o Dr Pepper, cuyo sistema de distribución resultará muy útil para llevar los productos cafeteros de JAB Holdings a los supermercados.
Nestlé está teniendo un comportamiento parecido: a principios de mayo, el gigante suizo pagó US$7.000 millones a Starbucks para comercializar los productos de la cadena estadounidense fuera de sus cafeterías.
Becht explicó que el café seguirá siendo una "parte importante" de la plataforma de bebidas que, ahora con Dr Pepper, el consorcio está impulsando.
El negocio del café promete. Al menos para la agencia de calificación Moody's: los grupos de JAB Holdings relacionados con el mundo del café son los que mejores predicciones tienen y los que más han contribuido a que el portafolio de JAB Holdings gane valor, según esta.