No son armas nucleares pero tienen a sus productores en pie de guerra.

Dos de los mayores productores de pistachos del mundo, Irán y Estados Unidos (concretamente, California), están enfrascados en una disputa que no parece tener una solución cercana.

Ambos aseguran que su producto es de calidad superior, pero la batalla no gira tanto en torno al sabor como alrededor de otros factores: ¿qué está pasando?

Sanciones económicas

Irán y Estados Unidos llevan décadas de relación tempestuosa. Y esta rivalidad tiene en el comercio del pistacho uno de sus campos de batalla.

Ya en 1979, en el contexto de la crisis de los rehenes estadounidenses retenidos por Irán, Estados Unidos impuso un veto total al pistacho iraní.

Con el tiempo, el grado de sanción sobre el fruto seco ha variado pero las restricciones económicas se mantienen altas: el pistacho iraní está sometido a un arancel del 241% para entrar en el mercado estadounidense.

Este impuesto, en vigor desde los años 80, tiene como objetivo proteger a los productores estadounidenses de los subsidios que el gobierno iraní otorga a sus propios agricultores.

Pero Irán denuncia que esto no ha hecho más que encarecer el precio de sus productos en EE.UU. y considera que es momento de eliminarlo.

La última palabra la tienen las autoridades federales de EE.UU., que deben pronunciarse en pocas semanas.

Un conflicto de décadas

La Comisión del Pistacho de California y otros productores individuales presentaron en 1985 una queja por considerar que los iraníes estaban inundando el mercado estadounidense con sus pistachos.

La Comisión Internacional de Comercio acordó e impuso una orden de tasas antidúmping en 1986.

En aquel momento, las importaciones iraníes de pistacho crudo suponían un 42% del mercado estadounidense.

Desde la imposición del arancel, los datos de la comisión de comercio no dejan duda sobre cómo ha florecido la industria del pistacho en EE.UU., específicamente en California:

  • En 1985, había 19.000 hectáreas de tierras dedicadas al cultivo del pistacho.
  • Un embargo total bloqueó las importaciones de pistachos iraníes en EE.UU. entre 1987 y 2000.
  • Por unos meses se permitió la importación, antes de la imposición de un nuevo embargo en septiembre de 2000.
  • Para 2015, todavía bajo este embargo, California por sí sola contaba con más de 94.000 hectáreas de cultivo de pistachos.
  • Durante la cosecha de 2014-2015, la producción de pistacho estadounidense superó las 230.000 toneladas.
  • El gobierno de Barack Obama levantó la restricción en 2016 pero el arancel de 241% ha seguido vigente.

Tensión en la Comisión

Las posiciones entre iraníes y californianos respecto a la retirada del arancel están lejos de acercarse.

Los estadounidenses temen que Irán se aproveche de una posible apertura del mercado.

"La viabilidad económica de la industria está en riesgo", le dijo a BBC Mundo Richard Matoian, director ejecutivo de la asociación de Productores Estadounidenses de Pistachos.

"Es indudable que la entrada de un producto más barato en el mercado, aunque sea de calidad inferior y proceda de otro país, hará que caigan los ingresos de nuestros productores".

Del otro lado, el empresario Hossein Denis Ketabi declaró ante la comisión de comercio que la fragmentada industria del pistacho iraní tendrá un impacto leve en EE.UU.

"La competencia es sana, es algo bueno", aseguró Ketabi, presidente de la junta de la empresa Commercial Arman Pegah Co.

"No estamos en 1985".

Demócratas y republicanos de acuerdo

Lo que sí ha logrado la batalla del pistacho es poner de acuerdo a políticos demócratas y republicanos en California.

"Sin los impuestos, en lugar de una industria vibrante, casera y doméstica del pistacho que provea al mercado de EE.UU., los consumidores estadounidenses serán inundados con pistachos de calidad inferior producidos en Irán", advirtió el congresista demócrata Jim Costa.

"La industria del pistacho le ofrece a mis electores trabajos estables bien pagados", aseguró por su parte el congresista republicano David Valadao en declaración ante la comisión.

"La significativa inversión en superficie para el cultivo de pistachos y en instalaciones de procesamiento ha tenido un impacto positivo en las comunidades de mi distrito", agregó.

Contraataque iraní

Las autoridades iraníes no se dejan intimidar por estos comentarios sobre la supuesta superioridad del pistacho estadounidense.

"El mercado global del pistacho está valorado en más de US$2.000 millones y nuestras exportaciones sumaron US$1.200 millones el año pasado (marzo 2015-2016)", declaró Mojtaba Khosrotaj, viceministro de Industria, Minería y Comercio iraní, a primeros de año.

Khosrotaj es jefe de la Organización iraní de Promoción del Comercio y sabe que el principal rival es California. Pero sostiene que el pistacho iraní es de calidad superior.

"Al separar la semilla de la cáscara, un kilo de pistacho iraní aporta más que uno estadounidense. Además, el producto iraní tiene más aceite y, por tanto, se puede procesar mejor", defiende.

Los productores californianos no comparten este análisis y prolongan la pelea verbal con sus homólogos iraníes.

Bob Klein, director del Comité Administrativo para los Pistachos con sede en Fresno, señala que los pistachos iraníes son más propensos a reflejar altos niveles de aflatoxina, una toxina producida por determinados hongos.

"Este es un mercado global actualmente", comenta el agricultor Brian Blackwell.

"Así que si Irán exportara 450 toneladas de pistachos a Estados Unidos, sólo significaría que por ahí hay 450 toneladas que no fueron vendidas en China o Europa".

Los cinco miembros de la Comisión Internacional del Comercio tienen de plazo hasta finales de junio para anunciar si mantienen el arancel o si suavizan las condiciones de entrada del pistacho iraní.

Dada la tensión actual entre los gobiernos de Irán y Estados Unidos, habrá que ver si la decisión obedece a una simple lectura económica o si se contagia de las diferencias políticas.

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