Todo está listo para levar las anclas y poner rumbo al norte.
El Venta Maersk, un buque portacontenedores "especializado" de la mayor naviera del mundo, zarpará del puerto ruso de Vladivostok para iniciar en los próximos días una travesía desde el este de Asia hasta Europa para explorar una ruta comercial a través del océano Ártico, una zona que hasta hace no demasiado estuvo cubierta de hielo.
Según informó a BBC Mundo la naviera, se trata de un "ensayo" para examinar la viabilidad del trayecto tras las inusuales altas temperaturas en el hemisferio norte.
Desde enero pasado, el hielo del Ártico alcanzó un mínimo histórico y, en marzo, se pasó a considerar esta situación como un "evento extremo", cuando las temperaturas se elevaron 30 grados por encima del promedio y los niveles de congelación en el mar de Bering alcanzaron el nivel más bajo en la historia.
A estas alturas del verano, la situación no es muy diferente y la compañía danesa se propone explorar rutas marítimas abiertas por el deshielo, lo que permitirá abreviar el tiempo y el costo del intercambio comercial entre Asia, América y Europa.
"Esta es una prueba diseñada para explorar una ruta desconocida para el envío de contenedores y para recopilar datos científicos", aseguró Maersk en un comunicado enviado a BBC Mundo.
No obstante, la compañía señaló que, actualmente, no ven esa vía como una alternativa a sus rutas habituales.
Desde hace tiempo, durante el verano, diversas compañías han utilizado esta ruta para abaratar los costos del transporte, aunque las condiciones climáticas solo lo permiten durante unos tres meses al año.
Con anterioridad, un petrolero ruso y buques de la naviera chino Cosco (CHDGF) han realizado viajes de prueba a través del Ártico aunque, según Maersk, el viaje del Venta será el primero en cruzar esa ruta con buque contenedor "especializado".
¿Pero cómo es el barco que realizará este viaje de carga por uno de los trayectos más inhóspitos del mundo?
Un rompehielos
El Venta Maersk es el cuarto de una serie de siete barcos rompehielos fletados el pasado 18 julio por la compañía danesa.
Tiene 200 metros de eslora, soporta un peso muerto 4.200 toneladas (lo que puede transportar cuando está cargado hasta el calado máximo admisible) y tiene una capacidad de carga de 3.600 contenedores.
Este portacarga está diseñado para resistir aguas heladas: puede soportar hasta -25 ºC y, de acuerdo con Maersk, tras el viaje de prueba, se utilizará para cubrir trayectos por el mar Báltico.
En esta ocasión transportará un cargamento de pescado congelado a través del estrecho de Bering y bordeará la región norte de Rusia hasta San Petersburgo, siguiendo la llamada Ruta del Mar del Norte.
De acuerdo con la compañía, contará con una tripulación de 26 personas, que recibieron un "entrenamiento especial" para resistir las duras condiciones de la travesía.
Pero más allá del transporte de la carga hasta San Petersburgo, la compañía también busca evaluar la zona.
El Venta analizará las condiciones del hielo y probará los sistemas operativos de coordinación y apoyo entre el barco y los servicios en tierra, los nuevos sistemas y equipos diseñados para este tipo de travesía y la respuesta de la tripulación.
La compañía anunció, además, que invertiría en más embarcaciones capaces de manejar las condiciones del Ártico.
Y es que, en los últimos años, varios modelos meteorológicos predicen que la presencia del hielo disminuirá notablemente durante al menos una parte del año para mediados de este siglo, lo que ha llamado la atención de varios países y compañías.
Las nuevas rutas de la seda
Rusia y China han sido dos de los países que mayor interés han mostrado en la utilización del Ártico para una ruta comercial.
De hecho, el gobierno ruso anunció que será uno de los temas del Foro Económico Oriental de 2018, que tendrá lugar en Vladivostok entre el 11 y el 13 de septiembre.
El año pasado, un buque cisterna ruso que transportaba gas natural se convirtió en el primer buque mercante en navegar por el Ártico sin la ayuda de un rompehielos.
Mientras, Pekín anunció a inicios de este año su Ruta Polar de la Seda, un controvertido plan para explorar la región ártica y buscar nuevos trayectos para el comercio entre América, Asia y Europa.
Y es que la Ruta del Mar del Norte ha comenzado a verse como una posible alternativa al Canal de Suez, en Egipto, que constituye una de las principales arterias marítimas mundiales entre Asia y Europa.
Según las estimaciones, un trayecto por esta nueva vía podría reducir considerablemente el tiempo y los recursos de navegación: por ejemplo, un buque que parta de un puerto de China tardaría 20 días en llegar a Rotterdam, 28 menos de los que utiliza actualmente.
Grupos ambientalistas y analistas internacionales han alertado, sin embargo, sobre los riesgos ambientales de estas operaciones y sobre una supuesta carrera por el control de esta zona rica en petróleo y gas natural, equivalentes a entre el 16 y 26% de las reservas terrestres no descubiertas.