Un ataque con solo diez drones perfectamente sincronizados han conseguido poner en jaque al mercado mundial de la energía.

La empresa estatal de Arabia Saudita, Aramco, atacada el sábado, es el mayor productor de petróleo del mundo.

Aporta a los mercados internacionales el 10% de crudo y es un negocio extremadamente rentable.

El ataque, que el grupo de los hutíes en Yemen se atribuyó horas después, causó numerosos daños a dos instalaciones claves de Aramco, afectado a la mitad de su producción y al 5% a nivel mundial.

De acuerdo al gobierno saudí, los ataques en Abqaiq, la mayor planta de refinamiento de crudo del mundo, y en el campo petrolero de Khurais obligarán a reducir la producción de crudo en en 5,7 millones de barriles diarios, casi un 50%.

Para los expertos, aunque Arabia Saudita y Estados Unidos pueden utilizar sus reservas paras reemplazar los barriles que los sauditas no podrán colocar en los mercados internacionales, el ataque dice mucho de la vulnerabilidad de sus plantas y, a su vez, de la vulnerabilidad de una parte vital de la infraestructura energética global, explica Katie Prescott, periodista de Negocios de la BBC.

El campo petrolero Khurais produce alrededor del 1% del petróleo mundial, y Abqaiq es la instalación más grande de la compañía, con capacidad para procesar el 7% del suministro global.

Así que muchos se preguntan por qué una compañía con tantos recursos no pudo evitar este ataque y los enormes daños causados y si esto podría volver a ocurrir.

Reacción del mercado

El barril de Brent, de referencia en Europa, cotizaba el viernes al cierre de los mercados a US$60 y a media sesión de este lunes registra una subida cercana al 10%, lo que sitúa el precio en torno a los US$66.

Algunos analistas creen que la tensión creada en el mercado, por el menor suministro de Arabia Saudita, podría llevar el precio del barril hasta los US$80 o más como respuesta del mercado a los ataques y a las muchas incógnitas que aún rodean la pregunta clave: cuál es la magnitud real de los daños.

La subida del precio del petróleo podría beneficiar a varios países como Rusia o Venezuela.

En el caso de Venezuela, la venta de crudo en los mercados internacionales tiene un gran impacto en sus cuentas, pues en torno al 96% de los ingresos del país dependen de esto.

Sin embargo, pese a este repunte, no es seguro que la subida se vaya a trasladar a la misma velocidad a los precios en las gasolineras.

Eventos de naturaleza similar en los últimos tiempos no han tenido un efecto a largo plazo en el precio del petróleo.

Como explica el profesor de política energética internacional del King's College de Londres, Nick Butler, "el impacto directo de los ataques podría ser de corta duración. El mercado se ha ajustado sin parpadear en los últimos dos años a la pérdida por razones políticas de más de dos millones de barriles al día de la producción Venezuela e Irán".

Riesgo regional

Pero lo que preocupa de verdad es que si los ataques avivan las tensiones políticas en la región, el aumento de precios podría tener un efecto más duradero a largo plazo.

El profesor Butler cree que si Arabia Saudí, Estados Unidos o sus aliados emprenden medidas de represalia "cualquier aumento podría ser mantenerse en el tiempo alimentando el riesgo de una recesión económica".

Para Helima Croft, directora global de estrategia de materias primas de Royal Bank of Canada, estos ataques con drones son "un cambio de juego en el creciente enfrentamiento regional con Irán".

Las instalaciones de producción, las rutas comerciales y las tuberías que atraviesan la región podrían ser vulnerables a futuros ataques.

Impacto en los consumidores

Es demasiado pronto para saber si los consumidores sufrirán algún impacto del aumento del precio del petróleo.

A corto plazo, depende mucho de cuánto dura el repunte de los precios internacionales porque el traslado al precio de las gasolinas suele llevar un tiempo.

Por ahora, los inversores están atentos a más declaraciones de Aramco y a cualquier reacción política ante los acontecimientos.

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