En medio de las ruinas de lo que hace algunos días era el pueblo de Santa Olga, ubicado en Constitución, está la casa de la señora Elizabeth, que pese a la violenta acción de las llamas quedó intacta.
La lugareña explicó a T13 que una vez que ella pensaba que al volver a Santa Olga no encontraría la vivienda, "si tu casa es de madera, lo primero primero que piensas es que está quemada", dijo.
Emocionada, Elizabeth, cuenta que antes de evacuar le pidió que protegiera la casa a "Panchito", su hijo que falleció hace cinco años por un daño hepático cuando era sólo un niño.
Algunos especialistas estiman que la temperatura llegó a los 2.000 ºC y pese a ello la casa resistió. Ahora, es utilizada como centro de acopio y distribución para el sector que terminó con más de mil vivindas incendiadas.