"A veces en broma uno escucha esas cosas, pero nunca yo tuve una denuncia que me dijera gravemente esto está ocurriendo. Esos son delitos graves (...) sería muy doloroso, qué quieres que te diga".

Esa fue la reacción del obispo de Rancagua, Alejandro Goic, cuando un equipo de T13 le consultó sobre la presunta existencia de un grupo de sacerdotes de su diócesis que se organizarían de manera jerárquica tratándose de abuelas, tías, hijas y sobrinas para cometer y encubrir supuestos abusos a menores de edad.

El fin del silencio: La cofradía

Un sacerdote que habría conocido al grupo de cerca habló con T13 de manera anónima y contó detalles como que entre los miembros de la organización "tenían tratos femeninos" y que "la abuela era la que la llevaba (comandaba el grupo)". También reveló que en cuanto a la edad de las personas con las que se tenía sexo, "yo creo que todo vale, no hay distinción, pero sí se hacen muchos contactos con menores de edad por la relación de las parroquias".

La fuente anónima narró el caso de un cura de Rancagua que en un determinado momento contó que había sido reprendido. "Fue llamado a dar explicaciones ante la autoridad, (el obispo Goic). Lo que yo sé es que pareciera que lo querían mandar a rehabilitarse, pero él se negó (...) comentó que lo habían mandado a rehabilitarse, rehabilitarse de la homosexualidad seguramente".

Goic, en tanto, da explicaciones del caso: "Me parece que sí, pero él me decía que tenía cierta tendencia y yo le dije que en México había un centro especializado para estos temas, pero nunca más ocurrió auqello y no seguimos ningún procedimiento porque no hubo acusación formal".

El propio obispo insiste en que su iglesia no se intentó ocultar los hechos. "De nuestra parte encubrimiento no. Quizá no hemos sido lo suficientemente diligentes para resolver situaciones que uno va descubriendo ahora a través de todo este actuar".

 

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