Una bella visita tienen frente a su costa los habitantes de Quintay, en la región de Valparaíso, con la llegada de un ejemplar de ballena franca y su cría.
La ballena franca austral puede llegar a medir 18 metros y pesar en promedio 60 con un máximo de 100 toneladas, identificándose cada individuo por las callosidades que presentan en su cabeza. Las madres acompañan a sus crías por cerca de un año, período que dura el amamantamiento. Durante el verano austral estos mamíferos marinos pueden llegar a las aguas frías de la Antártica para alimentarse de krill y copépodos.
Sernapesca hizo un llamado a respetar la normativa de avistamiento que permite su observación solo desde plataformas terrestres. Desde la entidad informaron que "la ballena franca austral es altamente migratoria y se desplaza normalmente cerca de la costa entre Chile y Perú. Es poco frecuente el avistamiento pero es normal que se acerque a la orilla".
La especie, "no se puede avistar desde embarcaciones, solo a través de plataformas continentales porque al estar tan cercanas a la orilla (la proximidad de embarcaciones) pueden hacer que ellas se desorienten y puedan varar".
Tras enfrentar décadas de caza indiscriminada, la ballena franca austral es una especie mundialmente protegida desde el año 1936 y desde el 2009 se encuentra en estado crítico de conservación. Las multas van de 30 a 300 UTM a quienes incumplan esta medida.
Según estudios junto con las autoridades peruanas, en ambos países hay cerca de 50 individuos maduros y cada año se presentan 10 avistamientos de esta especia. En el año se las ballenas francas australes se han dejado ver dos veces en aguas peruanas y ahora en Quintay.