Hace cuatro años un crimen por encargo conmocionó al país. Un empresario fue asesinado en la puerta de su casa por un sicario en medio de una disputa de terrenos en Quilpué, donde funcionaba un vertedero ilegal.
Hoy, ese mismo lugar, regentado por familiares del autor intelectual del homicidio, sigue operando al margen de la ley, pese a que las autoridades juramentaron en su momento terminar con esa actividad irregular.
“La verdad es que ellos son bien astutos. Cuando hay falta de fiscalización, lo hacen en cualquier horario, pero cuando hay fiscalización o hay rumores, porque ellos también tienen una red amplia de aliados que les van informando, trabajan fin de semana y en horarios nocturnos para seguir recibiendo esos residuos”, destaca una denuncia anónima a Reportajes T13 sobre este vertedero ilegal.
El crimen por encargo del empresario Alejandro Correa ocurrió en 2020. Se produjo precisamente en el contexto del funcionamiento de este vertedero ilegal.
El entonces propietario, Renato López Fuentes, de acuerdo con el juicio que lo condenó a 20 años de cárcel, contrató al sicario colombiano Víctor Gutiérrez Londoño para matar a Correa, todo por la disputa vinculada a la presunta usurpación de parte del terreno del empresario asesinado.
El punto es que cuatro años después de este crimen por encargo, este vertedero ilegal sigue operando. La duda está presente: ¿Continúa el autor intelectual de este homicidio administrando desde la cárcel sus negocios ilegales en este vertedero de Quilpué?
“Ocupa este terreno que es una quebrada del señor Alejandro Correa, para verter directamente a la quebrada, sin ningún costo operacional, estos residuos”, añade la denuncia.
“Efectivamente es una actividad lucrativa que permite en el fondo que exista mafia a nivel nacional. Porque cuando existen vertederos ilegales, efectivamente hay una mafia asociada a estos vertederos ilegales, porque se cobra por recepcionar residuos en un lugar que no está apto para recepcionar residuos”, continúa.