El jueves 11 de julio la Red de Pobreza Energética (RedPE) presentará un documento transdisciplinario con propuestas de indicadores tridimensionales y territoriales para medir la pobreza energética a lo largo del país.
La Encuesta CASEN 2017 destaca que más del 99% de los hogares posee electrificación en Chile, sin embargo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha enfatizado que el acceso a la energía eléctrica varía en función del territorio, por lo que siguen existiendo múltiples viviendas sin acceso a servicios energéticos básicos, o que significan un gasto importante para las familias.
RedPE agrega que más de un 66% de los hogares ubicados en centros urbanos chilenos tienen problemas de eficiencia energética y un 21% de las personas pasan frío al interior de sus viviendas.
“Este trabajo transdisciplinario visibiliza una dimensión de nuestra desigualdad como país, que hasta ahora ha estado oculta. Proponemos indicadores pertinentes para el tipo de información existente junto a las condiciones geográficas y socioculturales relevantes. Durante un año, combinamos investigación y espacios de discusión con múltiples investigadores sumando a la academia, expertos de la sociedad civil y también al sector público y privado”, señala la profesora de la Universidad de Chile y coordinadora de la RedPE, Anahí Urquiza.
Los desafíos de la pobreza energética son abordados desde las dimensiones de acceso, calidad y equidad, adaptándose a la realidad nacional. Actualmente, se considera que un hogar se encuentra en esta situación al no lograr acceder equitativamente a servicios de energía para cubrir sus necesidades fundamentales y básicas.
La profesora Urquiza agregó que: “Las definiciones existentes de este fenómeno no son adecuadas para países con condiciones de desarrollo medio, por lo que esta propuesta será muy importante en Chile y también en otros países latinoamericanos. Esperamos que sea considerada para la toma de decisiones a nivel nacional y local”.
La Red de Pobreza Energética es una plataforma de colaboración transdisciplinar entre académicos, investigadores, estudiantes e instituciones públicas y privadas, además de organizaciones de la sociedad civil. De esta manera, busca enfrentar los desafíos de este fenómeno en Chile y en la región latinoamericana.