El avión “Ten Tanker” comenzó a operar el lunes en medio del combate contra los incendios forestales que afectan a la zona centro-sur del país, realizando una primera descarga en la comuna de Nacimiento, en la región del Biobío.
Más allá del éxito de su intervención, sobre lo cual el piloto de la aeronave manifestó que “las descargas que hicimos realmente ayudaron al trabajo de Bomberos”, algunas inquietudes apuntan al riesgo que podría ocasionar el paso del “Ten Tanker”.
Recordar que en 2017, aunque fue por la descarga de agua desde un helicóptero, un brigadista de Conaf quedó inconsciente y perdió cinco dientes tras recibir de lleno el lanzamiento –unos 1.200 litros en segundos– mientras trabajaba en los incendios que afectaban a la región de Valparaíso.
Acerca de esto último, el consultor en gestión de emergencias Michel De L’Herbe explicó a T13.cl que “desde el punto de vista del riesgo de un impacto por la cantidad de agua que exista sobre las personas, siempre es algo probabilístico y la probabilidad cero no existe”.
“Pero en ese sentido, creo que la posibilidad de un accidente, es probablemente más relevante la posibilidad de la descarga en un punto fijo de lo que significa 2.500 litros, cuya contundencia es muy potente y que el año 2017 generó un par de accidentes donde tuvimos algunos brigadistas lesionados”, agregó.
En el caso del “Ten Tanker”, De L’Herbe recalcó que es difícil que realice una descarga sobre una zona poblada.
“Siempre para la descarga y para la operación aérea hay un procedimiento y hay un control de tráfico aéreo que es diferente, y que tiene que ver con una serie de elementos que básicamente lo que se busca es no generar más daño. Establecer también la seguridad de los pilotos de la tripulación y de la aeronave y obviamente tratar de garantizar la mayor efectividad”, comentó el experto.
“Es más difícil que lo haga en zonas pobladas como también, probablemente, sería más difícil que en una primera respuesta una aeronave muy grande hiciera una gran descarga, precisamente por el riesgo a afectar personas o destruir infraestructura”, agregó.
“Es difícil que podamos ver que el Ten Tanker sea utilizado en una zona que esté habitada, inmediatamente sobre esa zona. Sin embargo, también debemos señalar que por la forma de descarga, no es una forma tan contundente como podría ser la de un helicóptero que, llevando menos cantidad de agua, la verdad que lo que hace es también distribuirla de manera más controlada sobre una superficie más pequeña”, continuó el especialista.
Asimismo, destacó que “lo más probable es que si ellos tuvieran que hacer una descarga en esa zona (poblada), la situación sería lo suficientemente crítica como para que no hubiesen personas en el lugar”.
Finalmente, acerca de los posibles riesgos de una descarga del “Ten Tanker”, no por el impacto, sino que por el líquido, “desde el punto de vista del agua, y el retardante y el químico que se utiliza, es compatible con el medio ambiente”, aseguró De L’Herbe.
“Desde el punto de vista de lo que podría ser, por ejemplo, la piel, podría generar algún grado de irritación, pero que básicamente lo único que se requiere es agua con jabón para poder retirarlo. Por lo tanto, no son químicos que en ese sentido generen, en el caso que nos cayera algo a nosotros, que requiriera algún tipo de efecto más relevante”, afirmó.
¿Cómo es la descarga de agua del “Ten Tanker”?
Michel De L’Herbe también explicó a T13.cl cómo opera la aeronave que combate incendios en la zona centro-sur del país.
Según indicó, el color rojo del agua se debe al colorante “para precisar y para poder ver de mejor manera el punto de descarga”.
En tanto, el retardante “habitualmente es un componente químico que actúa como fertilizante también, pero que tiene la particularidad de retardar la ignición y así frenar básicamente el avance del fuego”.
El “Ten Tanker” posee tres estanques en donde 36 mil litros se dividen entre los dos extremos más pequeños y el central que contiene la carga más importante.
“Por lo tanto, no necesariamente se hace una descarga total de los 36 mil litros. Dependiendo de la situación, pueden hacerse tres descargas por separado o, en su defecto, una total”, detalló De L’Herbe.
Finalmente, explicó que la descarga, que ocurre entre 60 y 90 metros de altura, es por gravedad. “En el estanque no va el agua presurizada, por lo tanto lo que hace es que se abre la parte de abajo del estanque y cae por gravedad”, cerró.