El arzobispado de Santiago suspendió de sus funciones a su canciller, Óscar Muñoz Toledo. La medida se decretó luego que el pasado 2 de enero el presbítero presentara una autodenuncia por abuso.
Según detalla el diario La Tercera, el arzbobispado de Santiago les envió un comunicado, donde señalan que a raíz de la autodenuncia "se implementaron medidas cautelares, siendo relevado de sus cargos de canciller de la curia y párroco, prohibiéndosele -además- el ejercicio público del ministerio sacerdotal”.
"Una vez concluida la correspondiente investigación previa, el expediente fue enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Santa Sede, organismo competente para juzgar estas materias”, agrega la declaración.
Muñoz no es un funcionario cualquiera. En el cargo que desempeñaba desde 2011 realizaba tareas como organizar y custodiar documentos, y era un asesor directo del cardenal Ezzati, consigna el mismo medio.
Si bien la autodenuncia se presentó a inicios de enero, antes de la visita del Papa a Chile, se conoce en medio del remezón tras la reunión encabezada por el Pontífice en Roma, quien citó a los obispos chilenos para abordar el rol de la curia chilena ante los casos de abusos, donde se investiga un presunto encubrimiento y "destrucción" de evidencia.
Una cita que desató la inédita renuncia de todos los obispos, como una señal para que Francisco pueda iniciar una reforma en la estructura del episcopado chileno.
El caso de Muñoz se suma a otras denuncias surgidas en las últimas semanas, como el caso de "La Cofradía" en la Diócesis de Rancagua y las acusaciones contra un párroco de Constitución.