Durante la mañana de este viernes y tal como se había planeado regresó a la Nunciatura Apostólica el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, designado por el Papa Francisco para recopilar testimonios sobre un supuesto encubrimiento por parte del obispo Juan Barros a los busos de Fernando Karadima. El enviado papal dejó sus funciones el miércoles para que le fuera extraída la vesícula en una cirugía de emergencia.

Scicluna entró caminando y en un breve mensaje a loa prensa agradeció las oraciones por su mejoría para luego dar lugar a una vocería de al vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro. El portavoz explicó que a Scicluna se le ordenaron 5 días de reposo relativo, por lo que continuará las labores de la investigación en suelo nacional hasta el próximo miércoles 28.

Sin embargo, explicó Coiro, "la jornada propia de escucha a personas está previsto que concluya hoy" aunque una vez que Scicluna se entere de los antecedentes recopilados podría convocar a nuevas citas. "No sería con el ritmo de una jornada planificada", explicó.

Durante la semana la comisión de Scicluna, que luego fue reemplazado por el notario del Vaticano Jordi Bertomeu, recibió el testimonio de personas que en su mayoría decidieron mantenerse en el anonimato. Quienes lo hicieron publicamente son los principales denunciantes del caso Karadima, James Hamilton y José Andrés Murillos. Al salir de las reuniones ambos apuntaron a los cardenales Ricardo Ezzatti y Francisco Javier Errázuriz. "Son dos viles delincuentes que son capaces de engañar hasta el Papa", aseguró Hamilton.

También llegó hasta la Nunciatura Isaac Givovich, quien durante el último mes y luego de más de 40 años reveló haber sido víctima de abusos sexuales al interior del Instituto Alonso de Ercilla. En una entrevista con Tele13 Radio, el también yerno de Joaquín Lavín, declaró que “fui abusado en nombre de Dios. Había todo un ritual detrás del abuso". 

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