Santiago Pavlovic recuerda que hace unos años sintió "cosas raras" en su teléfono. El tema incluso era motivo de conversación con la entonces productora de Informe Especial, Danae Fuster, quien también era testigo de fenómenos extraños en su dispositivo móvil. Los recuerdos de esa época vuelven a la memoria del emblemático rostro de TVN en momentos que su nombre y el Fuster forman parte de los periodistas que habrían sido víctimas de un monitoreo por parte de personal de la Dirección de Inteligencia del Ejército, DINE.
El caso fue revelado el pasado 9 de abril por CIPER, que dio cuenta de una serie de gestiones de personal de Inteligencia ante el Registro Civil para obtener antecedentes personales de ambos, además de los periodistas Juan Cristóbal Peña, Javier Rebolledo y Pascale Bonefoy. De acuerdo a un informe de la PDI, los certificados fueron solicitados desde direcciones IP comunes y mediante correos electrónicos similares. Y, en algunos casos, se solicitaron antecedentes sobre parejas o hijos de los periodistas, quienes comparten como denominador común el haber trabajado en investigaciones sobre el Ejército o causas de derechos humanos.
A estos cinco periodistas se sumaba el nombre de Mauricio Weibel, quien -como se conoció a fines de marzo por un reportaje del mismo medio- fue víctima de la intervención de sus llamadas telefónicas en el año 2017, cuando indagaba casos de presunta corrupción al interior del Ejército. El caso generó revuelo no solo por la intervención de las comunicaciones del periodista, sino que además porque la institución, de acuerdo a CIPER, habría "engañado" al ministro de la Corte de Apelaciones Juan Poblete diciéndole que se buscaba intervenir el teléfono de una supuesta agente extranjera que buscaba “antecedentes estratégicos" sobre el Ejército.
En esta entrevista con T13.cl Pavlovic aborda el impacto del denominado Caso Espionaje y califica de "delirante" la intervención de comunicaciones de periodistas que realizan su trabajo y apunta contra el rol del Ejército: "me impresiona la falta de una respuesta transparente".
-Usted forma parte de los periodistas que, de acuerdo a Ciper, la DINE habría realizado un monitoreo de datos personales, lo que se suma al espionaje telefónico al periodista Mauricio Weibel. ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones al enterarse de esto?
Desde hace bastante tiempo suponíamos que alguna intervención había. De hecho siempre nos reíamos con Danae Fuster, que en ese entonces era productora del Informe Especial, porque sentíamos cosas raras en los teléfonos, entones siempre suponíamos que podía haber.
Pero no lo entendíamos, porque todo lo que hacemos más bien es abierto, es transparente, y en el fondo los representantes de las FF.AA saben que nosotros estamos haciendo reportajes. Si era un reportaje sobre el Milicogate ellos están enterados, si el escándalo tiene que ver con pasajes o una cosa fraudulenta ellos saben, porque en algún momento los llamamos y queremos saber su visión o qué es lo que ellos pueden decir respecto de las denuncias que se plantean.
Estos son temas que habitualmente hemos reporteado, que son parte habitual del trabajo que se hace en TVN y en los medios de comunicación, por lo que me parece raro que te estén investigando, que pidan información sobre mis familiares, con quién estoy casado, quiénes son mis hijos, me parece insólito. No debiera ser, el Ejército no está para eso, la inteligencia no está para eso, tiene que ver con la seguridad de las fronteras, la seguridad interna, lo que pasa con eventuales adversarios.
-Por el momento lo que se sabe es que la DINE habría solicitado antecedentes suyos y de otros periodistas, pero no que habría intervenido su móvil, como fue el caso de Weibel. ¿Ha pensado cambiar su número de teléfono?
No se me ocurriría cambiar de numero de teléfono. No tengo ninguna participación que no sea legal, que no sea transparente, o que no se pueda conocer en mis conversaciones. Esto, personalmente, no me afecta, pero me molesta que lo hagan, porque no hay nada que autorice hacer ese típico de intervenciones.
Mi problema es con los autores, con el hecho de hacerlo, con sentir que tienen la licencia de hacerlo. Ese es para mí el gran problema, que puedan hacerlo con cualquier periodista. Porque esto no tiene que ver con temas de, por ejemplo, la cartografía de instalaciones militares, tipos de armas que va a adquirir el país, esto tiene que ver con investigaciones que afectan al Ejército o a oficiales del Ejército y que ellos sin ninguna autorización pueden investigarte. Ellos no tienen derecho a eso (...) y tratar de intervenir tus comunicaciones o la de tus parientes me parece delirante.
Estas son investigaciones sobre conductas reprochables o que afectan al Ejército y al país, y me parece que esa es una obligación que tenemos los periodista la de estar investigando.
-Hasta ahora lo único que hemos tenido ha sido un pronunciamiento del Ejército donde básicamente señalan que no tienen permitido referirse a materias que poseen carácter reservado. ¿Cómo recibe la reacción por parte de la institución?
Me impresiona la falta de una respuesta transparente. No advierto que exista una respuesta adecuada. En democracia ellos lo que tendrían que hacer es decir: nos equivocamos, o si lo hicimos fue porque el periodista Pavlovic era un agente pagado por un gobierno extranjero. Ya, puede ser, pero no pueden investigar a personas que están haciendo su trabajo. Ellos no tendrían por qué investigar a personas que están investigando lo que pasa con escándalos, con corrupción del Ejército.
Es como atacar al mensajero y no al mensaje, y el mensaje tiene que ver con prácticas corruptas que ha tenido el Ejército o parte de su oficialidad.
Ese es el tema, y sobre eso debieran dedicarse y corregir las fallas y corruptelas que eventualmente existen, en lugar de estar atacando, cuestionando o investigando a los periodistas que están haciendo y que estamos haciendo nuestro trabajo.
Estas defensas corporativas no debieran existir en ninguna institución, no tienes por qué defender a alguien que está involucrado en temas delictuales. Está bien, hay que esperar el resultado final de la investigación, pero mientras tanto debieras dejar que las instituciones funcionen. Y todo indica que en el Ejército se ha intentado investigar no solo a periodistas, sino que también a jueces: la ministra Rutherford también ha debido soportar intervenciones (N. de la R: en marzo se relevaron imágenes de agentes del Ejército que habrían hecho punto fijo en su oficina) y no me parece que corresponda que eso puede hacerse en términos de legalidad en Chile. No corresponde.
-De acuerdo a CIPER, las solicitudes de datos personales de periodistas habrían ocurrido al menos desde 2013, pasando por gobiernos de la Nueva Mayoría hasta Chile Vamos. ¿Cuál es la responsabilidad que usted atribuye a los distintos gobiernos?
Le atribuyo una responsabilidad mayor. Los ministros de defensa, en general, rara vez se han impuesto sobre malas prácticas en el Ejército, en general han defendido lo obrado.
Hay una debilidad entre los gobiernos para enfrentar acciones que son de abuso por parte de los mandos del Ejército, hay cosas en que el gobierno debiera decir 'usted no las puede hacer y no las va a hacer más', es lo que debiera decirse por parte del ministro de Defensa. Y si lo ha hecho, no lo sabemos.
Pero es una decisión clara de gobierno de decirle al Ejército y en general a todas las fuerzas armadas: 'hay cosas que no se pueden hacer en democracia; a lo mejor las hacían en dictadura, echan de menos tener esas amplias atribuciones para actuar en este sentido, pero no se puede hacer, no se debe hacer, y si lo hacen vamos a perseguirlos y las personas van a tener que asumir sus responsabilidades. Y si lo han hecho, van a tener que salir del Ejército'.
-En medio del revuelo del caso, parlamentarios de la actual oposición han emplazado al ex ministro de Defensa, Alberto Espina, a dar un paso al costado en su nuevo cargo en el CDE. ¿Coincide con ellos?
Si el participó, autorizó o condenó ese tipo de acciones, él debiera asumir sus responsabilidades políticas, pero lo que creo en estas materias es que uno de los temas que tienen que asumir la Convención Constituyente es tomarse en serio el tema de las Fuerzas Armadas y su inserción en el aparato del Estado.
Hasta ahora han pasado los gobiernos y se ha mantenido una especie de statu quo, en temas como la justicia militar, la previsión de los militares. Ahora, este tipo de cosas van a hacer que haya una preocupación constituyente sobre qué pasa con las FF.AA: ¿qué pasa con los presupuestos? ¿realmente son los que corresponde? ¿cuántos recursos que se destinan a las FF.AA se deben redestinar a salud, educación? Pero ese es otro debate.