El relator especial de la ONU sobre derechos humanos de los migrantes, Felipe González, calificó este sábado como una "inadmisible humillación" el ataque incendiario contra un campamento de venezolanos en Chile, durante una protesta contra la inmigración irregular que dejó al menos un herido y cinco detenidos.

El suceso tuvo lugar tras una multitudinaria marcha que convocó alrededor de 5.000 personas en la norteña ciudad chilena de Iquique, donde un grupo de manifestantes quemó las carpas que eran utilizadas por extranjeros para pernoctar en plazas y playas.

"Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal", escribió González en Twitter respecto a estos hechos. "El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo", continuó.

También el director de Incidencia y Estudios del Servicio Jesuita Migrante (SJM), Carlos Figueroa, condenó la violencia de esta marcha "acontecida como respuesta a un problema humanitario y sanitario".

Por su parte, el dirigente opositor venezolano Miguel Pizarro lamentó "profundamente" el desalojo de sus compatriotas en Iquique. "Actualmente los venezolanos somos la segunda crisis migratoria más grande del mundo y las naciones están en la obligación de brindar refugio y protección a quienes lo necesiten", escribió en Twitter.

Pizarro, nombrado comisionado ante la ONU por el líder opositor Juan Guaidó, criticó así la operación por la que un amplio operativo de carabineros de Chile desalojó a unos 100 migrantes, entre ellos varios venezolanos, que dormían en Plaza Brasil, en el centro de Iquique, lugar en el que se asentaron hace meses fruto de la crisis migratoria.

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