Un record inscritos tendrá la PSU 2017, que se rendirá el próximo 27 y 28 de noviembre. Según estimaciones del Demre, 295 mil 365 alumnos de cuarto medio y egresados acudirán a los locales a rendir los exámenes de Lenguaje, Matemática, y las optativas de Ciencia e Historia.
¿Cómo enfrentar la semana previa a la PSU? T13 conversó con cuatro alumnos que en 2016 lograron puntajes nacionales. Estas son sus recetas.
Valentina Norambuena
Valentina hizo noticia el año pasado tras convertirse en doble puntaje nacional en matemáticas y ciencias. También, fue una de las 18 mujeres que obtuvieron puntaje nacional en el 2016, salió del Liceo Javiera Carrera y está estudiando ingeniería civil en la Universidad de Chile.
“Días antes comencé a ir al gimnasio a nadar, me relajaba mucho y lo encontré una buena forma. Además comencé a realizar ensayos, paré un día antes. Salía a comer, al cine porque si seguía estudiando me iba a poner nerviosa”, comentó Norambuena.
La joven -quien en redes sociales se hizo conocida como la "niña illuminati"- agregó que se acostaba a dormir temprano. “Cerca de las 22:00 horas me acostaba, no cambié mis comidas, tomaba el mismo desayuno. El día de la PSU no es para probar cosas nuevas”.
"Yo recomiendo que estén seguros de sus respuestas, seguros de sus capacidades, de sí mismos. Después de todo solo uno sabe cómo se preparó para dar la prueba”, concluye Valentina.
Tomás Flores
Este estudiante del Instituto Nacional sacó puntaje máximo en la prueba de lenguaje. Está estudiando ingeniería en la Universidad Católica y fue uno de los cinco puntajes destacados en esta materia.
“Desde siempre tuve el hábito de leer. Más que nada repasaba las últimas semanas. Hacía ensayos para practicar la redacción y conectores. Para la comprensión lectora sirve leer cualquier cosa”, dijo.
Además señaló que el día anterior a la prueba se acostó temprano y que “no existe truco mágico” para una buena rendición del examen.
Agustín Gallego
Solo dos personas lograron el puntaje máximo en la prueba de Historia. Uno de ellos fue Agustín Gallego, quien salió del Colegio Verbo Divino y actualmente cursa su primer año de derecho en la Universidad Católica.
“Básicamente el estudio fuerte ya pasó. Era más que nada repaso. Con un ritmo más relajado me daba tiempo para el ocio. Me acostaba más temprano, tipo 22:00 o 23:00 horas y no hacia ensayos”, comentó el estudiante.
“El día de la prueba llevé dulces y chocolates. Tomé un desayuno liviano y almorzaba liviano entre las pruebas. La verdad es que la PSU hay que tomarla como una prueba más. Si uno confía en lo que sabe, al final le va bien”.
Diego Rodríguez
Este ex estudiante del Instituto Nacional fue puntaje máximo en la prueba de ciencias. Está cursando su primer año de ingeniería civil en la universidad Federico Santa María, en Santiago.
“Justo la semana antes de dar la prueba dejé de estudiar, pero las anteriores me levantaba a las 10 de la mañana, me preparaba un mate y estudiaba hasta la noche”, Rodriguez agregó que esa fue su rutina por lo menos dos semanas completas.
“La última semana salía a carretear, me juntaba con mis amigos, me daba tiempo para mí y recuperar lo que perdí mientras me preparaba”.
“Llevé un chocolate amargo, el más amargo que encontré y fue mi mejor amigo durante la prueba. Entonces cada vez que me sentía colapsado esperaba, comía un poco del chocolate y seguía”, comentó.
“Para los que se enfocan en ser puntaje nacional: Si no lo logran, no se frustren. Para los que lo logren: Lo que viene después es bonito, un sin número de beneficios”. Además aseguró que los ensayos son más difíciles que la misma PSU.