A mediados de septiembre la primavera se hará presente en el país, trayendo consigo el aumento gradual de las temperaturas y la ya conocida alergia asociada a esta estación.

Sin embargo, y en medio de la pandemia por el COVID-19, puede ser que los síntomas ocasionados por la alergia causen alarma y puedan confundirse con el virus.

Por ello es necesario establecer ciertas diferencias básicas entre ambos, considerando que el virus del Sars-Cov-2 tiene síntomas que aún se mantienen bajo investigación por parte de los científicos.

Pese a ello, se ha logrado identificar que el coronavirus puede causar fiebre, tos seca e incluso dificultades para respirar ante la sensación de falta de aire provocada por la neumonía severa.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aquellos pacientes que han sufrido las consecuencias más graves de la infección por COVID-19, presentan insuficiencia pulmonar, shock séptico, falla multiorgánica y riesgo de muerte.

Otros de los síntomas son el cansancio corporal, dolor de garganta, dolor de cabeza e incluso diarrea.

Por contraparte, en el caso de la alergia o rinitis alérgica estacional, puede provocar secreción y congestión nasal, además de estornudos frecuentes y picazón en los ojos.

Según expertos, es poco probable que este síndrome cause tos o fiebre.

Con cautela

Sin embargo, debido a que el coronavirus en muchos pacientes ha demostrado ser asintomático, siempre es necesario y recomendado mantener las medidas sanitarias en toda ocasión.

Con o sin síntomas, el seguir las reglas del lavado de manos frecuente, uso de mascarilla y distanciamiento social, se hace aún más importante para prevenir los contagios e incluso salvar vidas.

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