Recientemente, un curioso incidente se desató a bordo del tren rápido Estación Central-Chillán, operado por la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), luego de que un usuario en la red social X compartiera una intrigante experiencia. En su publicación, el pasajero reveló un hecho inesperado al intentar escanear el código QR ubicado en el asiento del tren, diseñado para acceder al menú de la cafetería a bordo. Sin embargo, lo que debería haber conducido a una página oficial del servicio, terminó llevando al usuario a un sitio web sorprendente.
Ignacio Andrés Orellana Ramos, un informático que viajaba desde Chillán hacia Santiago, se dio cuenta de que el enlace que proporcionaba el código QR no funcionaba. "Soy informático, así que sabía que había dos opciones: o el link estaba roto, o el dominio simplemente no tenía dueño", comentó Ignacio a The Clinic. Después de comprobar que el dominio estaba disponible, decidió comprarlo para evitar que alguien más pudiera adquirirlo y redirigirlo a sitios maliciosos. Pero lo que vino después sorprendió a los usuarios.
En lugar de simplemente dejar el dominio vacío, Ignacio optó por dejar un mensaje personal que relataba una emotiva historia de su niñez. El mensaje comienza con una explicación de cómo, al viajar en tren, recordaba los momentos que vivió con sus abuelos, cuando su abuelo le preparaba sándwiches de bistec para el viaje a Santiago. "Hoy viajo por primera vez en el tren rápido, y quería conmemorarlo con mi primer intento de recrear esos sándwiches. Ahora no soy tan regodeón, me como la carne", escribió Ignacio.
De un código QR a una historia personal
El mensaje fue un toque nostálgico para el propio Ignacio, quien también compartió una foto del pan que recreó inspirado en los recuerdos de su infancia. Además, dejó sus datos de contacto para que EFE pudiera recuperar el dominio, en caso de que lo desearan, y agregó un toque de humor invitando a los pasajeros a compartir sus propias historias y fotos del tren.
Ignacio señaló que aún no ha sido contactado por EFE pero que está dispuesto a devolver el sitio web, además se refirió a lo sencillo que le resultó comprar el dominio “Comprar un dominio libre es muy simple, se puede hacer en hartos lados, y la mayoría cobra entre 5 a 15 dólares por dominios simples, y un poco más por hostear la página. En mi caso, usé CloudFlare, me costó 10 dólares el dominio por un año, y el hosting es gratuito en su plataforma, por ser una página bien básica. Con el dominio comprado, armar el sitio y subirlo fue cosa de unos 30 minutos, entre escribir la historia con la estructura de la página y subirla”, explicó a The Clinic.
El incidente ha generado una gran sorpresa entre los usuarios de redes sociales, quienes se han mostrado impresionados por la iniciativa del pasajero y su gesto inesperado. Para muchos, el hecho de que un pasajero haya transformado un simple código QR en un espacio para compartir un momento personal ha agregado un toque humano a un servicio tan habitual como el transporte ferroviario. Tras viralizarse en redes sociales, Ignacio también compartió una fotografía de su abuelo, cuyo sandwich inspiró toda esta historia.
Esta historia pone de relieve, además, las posibilidades que ofrece la tecnología para interactuar de manera creativa con los usuarios y sorprenderlos en los momentos más inesperados. Sin duda, la acción de Ignacio se ha convertido en un tema viral, dejando una huella peculiar en los pasajeros del tren Estación Central-Chillán.