La Nunciatura Apostólica en Chile comunicó que el Papa Francisco aceptó la renuncia del cardenal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, un día después de que la Corte de Apelaciones rechazara su sobreseimiento por presunto encubrimiento de abusos sexuales.

Desde la Nunciatura también comunicaron que el sumo pontífice ha nombrado como administrador apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis, de la arquidiócesis de Santiago de Chile, al monseñor Celestino Aós Braco, transfiriéndolo desde la diócesis de Copiapó.

Un administrador apostólico es un obispo o un presbítero nombrado por el Papa para administrar una diócesis que se encuentra en situación de sede vacante, es decir, sin su obispo o arzobispo residencial.

En este caso particular, se trata de nombramiento para una sede vacante “a voluntad de la Santa Sede” y hasta que el Papa provea un nuevo arzobispo para el gobierno pastoral de la arquidiócesis.

El nuevo administrador nació el 6 de abril de 1945 en España, donde en 1955 ingresó como aspirante en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos.

En 1983 fue destinado a la Provincia de Chile: nombrado vicario parroquial en la parroquia de Longaví (diócesis de Linares), confiada a los Padres Capuchinos. En 1985 fue elegido Superior de la comunidad capuchina de Los Ángeles (diócesis de Santa María de los Ángeles).

El 25 de julio de 2014 el papa Francisco lo nombró Obispo de la diócesis de Copiapó. Fue consagrado obispo por mons. Ivo Scapolo, Nuncio Apostólico, el 18 de octubre de 2014, fecha en la que tomó posesión de la diócesis de Copiapó.

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