“Pobreza y Pandemia: Propuestas para un Chile más digno y justo”; ese es el nombre del estudio que se presentará este jueves sobre la crisis sanitaria que afecta al país desde marzo, y en el cual participaron 10 instituciones, como el Hogar de Cristo, Techo, Infocap, Fondo Esperanza, Servicio Jesuita a Migrantes y Fundación Súmate.
El informe plantea 25 propuestas en nueve dimensiones y poblaciones vulnerables –como la educación, el empleo- con iniciativas como fortalecer los programas de retención escolar, aumentar la inversión en la salud mental o implementar el arriendo transitorio.
"E un texto levantado en un tiempo breve, por la urgencia de visibilizar estos temas de conciencia ciudadana a los tomadores de decisión", explicó a El Mercurio Paulo Egenau, director social nacional del Hogar de Cristo.
Sobre la motivación para elaborar el documento, Egenau dijo que principalmente fue porque “los efectos sanitarios y económicos de la crisis se distribuyen de manera desigual (…) La enfermedad avanza más rápido y tiene consecuencias más dramáticas en los niveles de menos ingresos”.
¿Cuál es el diagnóstico?
La pobreza, la vivienda, el empleo y la educación son las principales áreas donde se nota el efecto negativo que tuvo la pandemia del coronavirus.
En el caso de la pobreza, el estudio señala que a nivel mundial ha aumentado debido a la crisis sanitaria. “En términos generales, este incremento podría significar un retroceso de 10 años en la lucha global contra la pobreza”. En el caso de Chile se prevé un alza de la pobreza por ingreso desde un 9,8% hasta un 11,9% en el mejor escenario y; hasta un 13,7% en el peor.
Por el lado del trabajo y empleo, se indica que Chile registra una tasa de 12,2% de desempleo y alerta no solo sobre el impacto en la economía, sino que de los “efectos intensificados en los grupos laborales especialmente vulnerables, ya antes de esta crisis”.
En relación a las viviendas, el informe sostiene que está lejos la idea de que la vivienda sea la ‘primera línea’ contra el COVID-19, debido a que muchas familias no viven en condiciones para cumplir con las recomendaciones sanitarias.
Finalmente, la educación es otro de los focos importantes, ya que según el estudio la forzosa suspensión de clases genera consecuencias como “dificultades asociadas al aprendizaje y el desarrollo socioemocional de los estudiantes, la contracción del tiempo disponible para que los docentes cubran los objetivos del currículum pedagógico o estrés derivado del intento de conjugar los cuidados a los menores de edad con el trabajo remunerado”.
Como conclusión general, el informe precisa que la crisis “supone una oportunidad para implementar mejoras definitivas al sistema de protección social, manteniendo y adecuando programas necesarios en momentos de normalidad”.