En 1979, cuando tenía solo 18 años, María Soto se convirtió en madre gracias al nacimiento de sus dos hijas gemelas, María Luisa y Valeska Jeannette. Sin embargo, la felicidad de tenerlas en sus brazos se desvaneció cuando, con solo ocho meses de vida, las pequeñas le fueron arrebatadas sin su consentimiento.

Las niñas, que habían nacido con bajo peso, eran atendidas en el programa “Gotita de Leche” cuando una asistente social determinó que su madre no tenía las condiciones económicas para criarlas.

Sin previo aviso ni una investigación sobre su situación, le informaron que sus hijas habían sido entregadas en adopción de manera ilegal y gracias a la dictadura de Pinochet.

Desesperada, María acudió al Juzgado de Menores de Talcahuano para intentar recuperarlas, pero ahí solo recibió la peor noticia de su vida: las gemelas habían sido enviadas a Italia y nunca regresarían. Desde entonces, su vida estuvo marcada por la incertidumbre.

Sin conocer su paradero, dedicó décadas a buscarlas, sumándose a la organización “Hijos y Madres del Silencio”, que ayuda a víctimas de adopciones forzadas y tráfico de menores en Chile.

T13 - "Nunca dejé de buscarlas”: Madre encuentra a sus hijas gemelas a 46 años de ser adoptadas ilegalmente en dictadura | Facebook

Una pista de sus hijas gemelas después de casi medio siglo

En 2021, con la esperanza de encontrar respuestas, María Soto envió una muestra de ADN a una base de datos en Estados Unidos. Durante años, no hubo novedades, hasta que el 14 de marzo de 2025 recibió un mensaje inesperado en italiano a través de Facebook.

Era uno de sus nietos, quien tras conocer el origen chileno de su madre, decidió rastrear su historia y encontró una coincidencia genética con el ADN de su abuela en la plataforma MyHeritage.

“Hola, mi hijo encontró una correspondencia con tu ADN en myheritage.com. Me gustaría entender si podríamos ser parientes. Fui adoptada por una familia italiana en 1979, junto con mi hermana gemela. Mi madre adoptiva me había dicho que mi nombre original era Valeska Toro. ¿Puedes conocerme?”, decía el mensaje que le devolvió la esperanza.

Y es que luego de 46 años de silencio, madre e hijas pudieron verse por primera vez a través de una videollamada. “Toda la vida he pensado en ustedes, jamás las olvidé”, les dijo María entre lágrimas.

Si bien el contacto virtual permitió cerrar parte de la herida, el gran anhelo de María Soto es poder abrazar a sus hijas y conocer a sus cinco nietos en persona. Sin embargo, el costo del viaje desde Italia a Chile representa una barrera difícil de sortear.

“Quiero que mis hijas conozcan su país, pero es un viaje caro. Entonces, pido que el Estado se haga responsable. Así como fue fácil arrebatarme a mis hijas, quiero que ahora me ayuden a traerlas de vuelta”, expresó.

Las gemelas, por su parte, siempre supieron que fueron adoptadas, pero desconocían la historia detrás de su origen ni la lucha de su madre por encontrarlas. Ahora, esperan el momento en que finalmente puedan reencontrarse cara a cara y recuperar el tiempo perdido.

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