Un aumento de casos de neumonía por la bacteria Mycoplasma pneumoniae durante las últimas semanas ha encendido las alertas de las autoridades de salud en nuestro país. Y es que entre enero y octubre de este año se han registrado más del doble de casos que en el mismo periodo de 2023.
“Efectivamente este año ha habido más casos de lo habitual de neumonías por Mycoplasma”, aseguró la doctora Mariela Muñoz, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, agregando que “hay una alerta que emitió el Ministerio de Salud para que estemos atentos y se están notificando las neumonías por Mycoplasma confirmadas. Además, todos hemos notado un aumento de casos en nuestras consultas, en los consultorios, en las consultas particulares, en los hospitalizados también”.
“Efectivamente en los últimos meses, desde el invierno en adelante, hemos estado experimentado un alza importante en los casos de infección respiratoria por la bacteria mycoplasma pneumoniae. Esta es una bacteria intracelular que se transmite dentro de los grupos familiares y también en los cursos, en los grupos que comparten los espacios cerrados”, coincide con la pediatra el doctor Reinaldo Rosas, infectólogo de Clínica Alemana.
De acuerdo con los especialistas, es una neumonía atípica, es decir, no es como las neumonías habituales por neumococo, que son una bacteria más común en la población.
Neumonía por Mycoplasma y neumonía “común”: ¿Cómo diferenciarlas?
La doctora Muñoz detalló que “la neumonía por Mycoplasma es una enfermedad más de larga evolución, más arrastrada, donde tenemos pacientes que uno la sospecha (la neumonía) cuando lleva más de, al menos, 10 días con tos, con tos que tiende a ser en accesos, son pacientes que no están tan comprometidos del estado general, generalmente no produce fiebre y llama la atención la tos prolongada”.
Las principales diferencias entre la neumonía común y por Mycoplasma “es la clínica”, indicó la especialista. “Una es una enfermedad muy aguda, febril y la otra, es una enfermedad más arrastrada y que se caracteriza por tos intensa en acceso y que se prolonga por varios días, más de diez días a dos semanas”. En este último escenario uno puede sospechar que es neumonía por Mycoplasma.
Por su parte, el doctor César Bustos, infectólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, mencionó que esta bacteria tiene la capacidad de adherirse al epitelio del tracto respiratorio, lo que puede provocar que esa zona quede inflamada, aumentando las posibilidades de sobre infectarse por otras bacterias.
“Además, esta irritación se traduce luego en cuadros de faringitis, laringitis y cuando avanza más profundo en el tracto respiratorio puede causar traqueobronquitis y un tipo de neumonía que se conoce como neumonía atípica”, afirmó.
Neumonía por Mycoplasma: los síntomas
Los especialistas también coinciden en los principales síntomas a los que hay que poner atención.
“Como cualquier cuadro respiratorio, cualquier neumonía o cuadro respiratorio agudo, siempre ojo con dificultad respiratoria, niños que respiren agitadamente, que tengan quejido al respirar, que tengan retracción de partes blandas, o sea, que se le hundan las costillitas al respirar o que noten que está respirando con dificultad. También otros síntomas de alarma importante son el decaimiento extremo y la fiebre prolongada por más de tres días, ahí deben alarmar para consultar en servicio de urgencia”, explicó en el caso de los menores la pediatra Mariela Muñoz.
El doctor Reinaldo Rosas, quien añade que una neumonía por Mycoplasma también puede provocar “cuadros febriles con neumonitis, bronquitis, y también puede dar estados febriles persistentes, puede dar manifestaciones secundarias en la piel y cuadros prolongados de tos”, advirtió también que “puede afectar a cualquier edad”.
“En niños pequeños, niños de edad escolar, adolescentes, que es un grupo donde además hay contagios porque tienen más actividades sociales, pero también los adultos y los adultos mayores. Así que es algo que tenemos que tener presente además de los virus respiratorios, sobre todo ahora que han bajado los virus respiratorios respecto del invierno”, afirmó el especialista de la Clínica Alemana.
“Esta infección la podemos ver en cualquier época del año: invierno, verano, incluso en personas que trabajan en lugares donde atienden niños o atienden adultos, por lo tanto hay que sospecharla cuando hay un cuadro que no responde a los tratamientos habituales”, agregó.
Finalmente, el doctor César Bustos también describe algunos síntomas entre los más comunes.
“Los síntomas más comunes incluyen tos seca persistente, fiebre leve, dolor de garganta, congestión nasal y fatiga general. Aunque muchas de las personas se recuperan sin complicaciones, algunos casos pueden derivar en erupciones cutáneas y dolores articulares”, indicó.
“Como es una neumonía atípica genera cuadros que no tienen solo manifestaciones respiratorias; puede provocar cefalea, diarrea, inflamación en la garganta, dolor para tragar, disfonía y cuadros bronquiales obstructivos con tos persistente, perruna”, añadió.
Si una persona se contagia o tiene síntomas de estas características, que también pueden venir acompañados de fiebre, esa persona debe ir al médico y solicitar un test diagnóstico.
Tratamiento y cómo evitar su contagio
El doctor Felipe Rivera, broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explicó que una de las principales preocupaciones que debemos tener es que “es altamente contagioso, como toda enfermedad respiratoria se contagia por la saliva, las gotitas de saliva, al toser, al estornudar, y por secreción”.
“Uno debe tener mucho cuidado con los niños que están aparentemente resfriados o que incluso tienen neumonía, que no sean elementos contagiantes a otros niños, haciendo que se laven las manos, o adultos, inmunosuprimidos o fumadores que se coloquen mascarilla”, agregó.
El doctor Bustos enfatizó al respecto que “el Mycoplasma pneumoniae, es un tipo de bacteria que existe en la naturaleza, una de las más pequeñas causantes de enfermedad en los humanos y que tiene unas características especiales, por ejemplo, carece de pared celular por lo que antibióticos como la penicilina y sus derivados, que utilizamos para combatir otras infecciones, no tienen actividad sobre ella”.
“El tratamiento es en base a antibióticos no penicilínicos y luego hay que manejar la sintomatología, dependiendo del cuadro que haya producido y que puede requerir de algún tipo de tratamiento específico. La persona que tiene síntomas respiratorios, al acudir al médico, debe ocupar mascarilla y lavarse las manos, para minimizar el riesgo de contagio”, concluyó.
Una visión que comparte el profesional de la Clínica Alemana, quien señaló que como esta bacteria no responde a los antibióticos comunes “los pacientes deben ser evaluados por los pediatras o por los médicos de adultos para poder sospechar el diagnóstico y hacer el test que permite detectarla”.
“Se trata con medidas generales, con reposo, con lavado de manos, con el que la persona que está enferma no comparta espacios muy cerrados con el resto de la casa, no enviar a los niños al colegio y en algunos casos, cuando hay síntomas persistentes, debemos usar antibióticos por algunos días, y por es que es importante que las personas consulten al médico”, agregó, subrayando que “no existe vacuna para esta enfermedad”.
En ese sentido, entre las recomendaciones que entrega la doctora Muñoz, menciona que “uno lo que hace es una radiografía de tórax, también existen exámenes de sangre para detectar el Mycoplasma y se puede confirmar el diagnóstico, generalmente, la radiografía da un patrón característico de neumonía por Mycoplasma, que distinto a la neumonía habitual, que es la por neumococo y además puede aparecer una PCR positiva o una IgM positiva para el Mycoplasma neumónico”.
Finalmente, el pediatra broncopulmonar y subdirector de la Escuela de Medicina de la U. de Chile, Guillermo Zepeda, expone en este punto que al ser una bacteria del tipo intracelular, “eventualmente puede pasar sola la sintomatología o si es que uno ve un paciente que ya tiene compromiso con neumonía, que está más grave y que eventualmente pueden hacer derrames pleurales o complicaciones mayores, está indicado el uso de, por ejemplo, azitromicina”.