Rita Hester fue una mujer transgénero de origen afroamericano cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en su departamento en Allston, Massachusetts, el 28 de noviembre de 1998. El asesinato –aun sin resolver- ocurrió a menos de un mes de la muerte de Matthew Shepard, estudiante homosexual cuyo brutal ataque generó un intenso debate en torno a los crímenes de odio en Estados Unidos.
Desde entonces que el nombre de Rita Hester es recordado por la comunidad género diversa, que cada 20 de noviembre conmemora el “Día de la memoria trans”.
Si bien han pasado 18 años desde el asesinato de Hester, los crímenes de odio hacia esta comunidad siguen ocurriendo. De hecho, a lo que va de 2016 al menos 237 personas trans han sido asesinadas en el mundo.
De acuerdo a un estudio realizado por la organización internacional “Transgender Europe” a partir de datos proporcionados por agrupaciones trans y de la diversidad sexual en 68 países, América Latina lidera el listado con 191 personas trans asesinadas, de las cuales 98 provienen de Brasil. México queda segundo en el listado con 42 personas fallecidas.
La principal causa de muerte reportada son disparos (98 casos), seguido por apuñalamientos (52) y palizas (24). La calle es el lugar donde se concentran la mayoría de los casos: 99 a lo que va del año.
En tanto, 42 personas que fueron asesinadas se dedicaban al comercio sexual, mientras que otras 13 eran estilistas. Sin embargo, en este campo, existen 158 casos donde se desconoce la ocupación de las personas trans asesinadas.
El estudio de “Transgender Europe” se realiza desde 2008. Desde entonces, se han reportado 2.264 asesinatos a personas trans, de los cuales 1.768 ocurrieron en centro y Sudamérica, lo que representa un 78% del total. En tanto, 116 casos ocurrieron en Europa, 159 en Norteamérica, 202 en Asia, 13 en África y 6 en Oceanía. Sin embargo, en la mayoría de los países no existe una producción sistemática de estos datos, y resulta imposible estimar la cantidad de casos no denunciados.
Eso en cuanto a las cifras absolutas. Sin embargo, si consideramos las cifras relativas (casos versus población) Honduras lidera el listado, con un índice de 10,77 casos reportados por cada millón de habitantes. En el caso de Belice el índice es de 6,02 personas trans asesinadas por cada millón, y en Brasil es de un 4,49. En Estados Unidos el índice es de 0,48.
Para el presidente de la fundación Iguales, Luis Larraín, en las altas cifras de asesinatos en América Latina confluyen varios factores. "Los países del mundo con mayor índice de asesinatos per cápita, independiente de a quien maten, están en América Latina. Y si le sumamos el machismo, las desigualdades, las enormes vulneraciones que viven amplios sectores de la población, la enorme discriminación por orientación sexual e identidad de género que sabemos que existe y lo hemos visto, es una combinación fatal y nos da esta cifra terrible".
El panorama en Chile
Fueron al menos tres puñaladas las que provocaron la muerte de Litzy Odalis Parrales el 20 de mayo de 2016. De acuerdo a información recogida por el estudio, la mujer trans fue atacada tras una discusión con un hombre.
Su caso se suma al de Teresa Ruiz, activista trans de 26 años, quien falleció en noviembre de 2015 tras ser estrangulada. Su cuerpo fue encontrado en la calle. Los casos de Litzy y Teresa se suman a otros siete consignados en el estudio desde el año 2008.
Si bien Chile cuenta con una ley antidiscrinación desde 2012, las organizaciones de la diversidad sexual llevan años demandando una ley que reconozca a las personas trans y les permita rectificar sus documentos de acuerdo a su identidad de género.
De hecho, la ley de identidad de género lleva tres años en su primer trámite constitucional. Pese a que el gobierno ha realizado intentos por acelerar su tramitación, la iniciativa sigue entrampada en la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Uno de los temas que sigue en debate entre los parlamentarios es la posibilidad de que menores de edad que cuenten con el respaldo de sus padres puedan modificar su nombre y sexo registral sin la necesidad de pruebas psicológicas. Al respecto de este tema, la Corte Suprema remitió un informe a la Comisión donde advierten que en caso de no requerir de estos exámenes “no habrá forma de controlar que el adolescente no esté padeciendo de un trastorno de personalidad, ni que sean los padres quienes realmente estén imponiendo la decisión”.