Mariela Franco fue herida con una lanza cuando intentaron asaltarla cuando iba en un auto junto a una amiga en Curacautín, región de La Araucanía. Producto del ataque terminó con el fierro enterrado en su cuello.
El hecho ocurrió hace una semana cuando Franco viajaba de copiloto junto a una amiga, quien aceleró el auto para evitar el robo, momento en que uno de los asaltantes les lanzó un fierro de metal de al menos 180 centímetros.
En conversación con Las Últimas Noticias, la mujer relató que “cuando escuché ese sonido me tiré para el lado, encima de mi amiga, y sentí que me atravesó la lanza en la cabeza a la altura de la oreja”.
“En ese instante me vino como un golpe de adrenalina porque no sentí dolor. Luego, miré hacia el lado y vi un tremendo fierro que salía por la ventana. Me toqué la cabeza y tenía sangre; ahí me di cuenta que tenía la barra enterrada”, agrega.
Tras darse cuenta, señala que “de inmediato atiné a afirmar la barra con mis manos y me quedé tal cual hasta que llegamos al hospital, encima de mi amiga. No me movía. Cuando íbamos en el auto sentí el dolor porque saltábamos en los lomos de toro y me pegaba en el techo. Era un dolor horrible e intenso, no lo podía soportar. Yo pensé que me iba a morir”.
Con respecto a su salud, Franco dice que no se ha sentido bien. “Tengo la cabeza inflamada y el jueves me llevaron al hospital por un sangrado en el oído. Hasta hace un par de días todavía sentía el peso del fierro en la cabeza”.
“Por las noches no puedo dormir, me da fiebre, no encuentro una posición para descansar. Mentalmente tampoco estoy bien, lo único que pienso es que el culpable anda paseándose por el barrio jactándose de lo que me hizo. Eso me tiene muy mal”, afirma.