Desde el viernes pasado, gran parte de Chile se encuentra en estado de alerta por intensas lluvias con isoterma alta cero, las cuales desde un comienzo se supo que podían provocar deslizamientos de tierra e inundaciones.

En términos generales, el pronóstico es de sistema frontal con isoterma cero alta para las regiones Metropolitana (cordillera), O'Higgins (precordillera y cordillera), Maule (precordillera y cordillera) y Ñuble (cordillera). 

Producto de la gravedad de la emergencia, el Presidente Gabriel Boric decretó el lunes Estado de Catástrofe desde la región de O'Higgins al Biobío.

“He instruido a la ministra Tohá para decretar Estado Constitucional de Catástrofe en las regiones de O’Higgins a Biobío. Esto va a permitir una mayor facilidad y fluidez de los recursos, por cierto, teniendo todos los resguardos necesarios”, expresó el Presidente. 

El mandatario confirmó además que el 4 de septiembre se comenzará a entregar un bono para agricultores y agricultoras que se hayan visto afectados por las lluvias y también una inversión de más de 7 mil millones de pesos para recuperar infraestructura que se ha visto dañada en la zona. 

El saldo de víctimas fatales por las emergencias derivadas de la lluvia hasta este 23 de agosto es de tres personas.

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¿Qué significa que la isoterma esté alta y cuáles son sus riesgos?

Según explicó Felipe Ochoa, académico del departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, se trata de una medida de referencia para marcar la altitud por la cual la temperatura es menor a cero y -por lo tanto- el agua se congela. En consecuencia, cuando precipita por sobre ella nieva; por debajo de ella, llueve.

En ese sentido, cuando sube la isoterma cero, hay más riesgos, porque "al subir, lloverá en lugares donde generalmente hay nieve. Por lo tanto, se fusiona una gran cantidad de agua de lluvia, nieve y hielo", explicó el experto.

"Lo anterior implica que aumentan considerablemente los volúmenes de agua escurriendo, lo que aumenta el peligro de deslizamientos, aluviones e inundaciones, especialmente en zonas precordilleranas como el Cajón del Maipo o la Quebrada de Macul", añadió.

"La subida de la isoterma cero, y el correspondiente aumento de la cantidad de agua escurriendo, implica acelerar el derretimiento de nieves, arrastrar mayor cantidad de material y aumentar la infiltración de agua en el suelo. Este exceso de agua también reduce la estabilidad de las laderas, provocando deslizamientos de tierra, donde grandes volúmenes de roca, suelo y escombros en las laderas, caen debido a la gravedad", apuntó Felipe Ochoa.

"Al ocurrir todo esto a mayores elevaciones, los escurrimientos se generan con mayor velocidad y un gran potencial destructivo, aumentando los caudales de los ríos y la cantidad de material que arrastran. Como consecuencia, los ríos crecen, se estresan los sistemas de drenaje y, en última instancia, se generan desbordes que exacerban los riesgos de aluviones e inundaciones aguas abajo", explicó el académico del departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile.

"Así, las consecuencias de un aumento en la isoterma cero pueden ser graves y de gran alcance cuando precipita, por el riesgo significativo para los asentamientos humanos, la infraestructura, la propiedad y los hábitats, al aumentar el peligro por las enormes cantidades de agua y sedimento que se movilizan cuesta abajo. Sus consecuencias son la eventual pérdida de vidas, evacuación de comunidades, destrucción de viviendas, pérdida de cultivos y contaminación de fuentes de agua", cerró.

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