La Ley de Tránsito establece que es obligatorio que los niños deben ir en un sistema de retención infantil al andar en vehículo.

En específico, los menores deben utilizar su silla en el asiento trasero hasta los 9 años o hasta que tengan una estatura de 135 centímetros y 33 kilogramos de peso.

A través de sitios web, se pueden encontrar a la venta distintas sillas para niños de diferentes marcas y con precios más accesibles que las nuevas.

¿Por qué es riesgoso comprar sillas usadas?

Los sistemas de retención infantil deben contar con ciertas características de acuerdo a las edades de los niños, además, deben tener la acreditación del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.

En concreto, esta acreditación se compone de seis partes: año de acreditación, centro de control y certificación vehicular, acreditación sillas de niños, marca de fabricante, modelo de la silla y número correlativo de acreditación.

Asimismo, las sillas de niños tienen fecha de caducidad, las cuales no son especificadas en los sitios de compra y venta de internet.

Por otra parte, es casi imposible comprobar si recibieron un golpe fuerte o si fueron parte de un accidente, ya que de ser así, no pueden volver a ser utilizadas.

Además, la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET) especifica en su sitio web cuáles son las 86 marcas acreditadas, que pasaron las pruebas y por ende, serían más seguras para los menores.

 

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