En el 2016 comenzó a regir la Ley de Etiquetado de Alimentos que contempló la advertencia en los envases de productos que superaran los límites establecidos en nutrientes críticos como azúcar, sodio, grasas saturadas y calóricas, su prohibición de la comercialización en establecimientos educacionales y su publicidad dirigida a niños.
A dos años de su promulgación, un estudio hecho por académicos del INTA de la Universidad de Chile, de la UDP y de la Universidad de Carolina evaluaron los primeros 18 meses de la norma.
De acuerdo al análisis, las ventas de los bebestibles altos en azúcares han disminuido en un 25% y que, a seis meses de la entrada en vigencia de la ley, la compra de cereales para el desayuno cayó en un 14%, según datos consignados en El Mercurio sobre la investigación.
Otro de los datos de la evaluación da cuenta de la reducción del contenido de azúcar en bebestibles, lácteos y cereales de desayuno (entre 20% y 35%) y se redujo la cantidad de sodio en quesos y cecinas (entre las 5% y 10%).
También se detectó que bajó un 46% la exposición de niños preescolares a publicidad de estos alimentos, mientras que en el caso de los adolescentes hubo una caída de 62%.
El estudio concluyó que, tanto las madres de esos niños como los adolescentes, valoraron la presencia de los sellos y entienden su significado.