La Armada de Chile detectó una embarcación extranjera en la región de Atacama, en el norte del país, con sus equipos de pesca en el agua.
Cuando una de sus naves se acercó hasta allí, descubrieron a cuatro tiburones azulejo -dos adultos y dos crías- atrapados en las redes.
"Cuando llegamos al lugar de las redes de pesca, la embarcación extranjera se había dado a la fuga hacia aguas internacionales, pudiendo comprobar que los cuatro tiburones estaban vivos pero en preocupantes condiciones, por lo que nuestra prioridad fue desenredarlos y salvarlos, para que volvieran a su habitad natural", dijo Ricardo Cartes, comandante de la nave.
Después de retirarles los anzuelos, los animales fueron liberados.