"Sigo adelante con mi ministerio de servicio a la Iglesia". Con esas palabras, Juan Barros dio por cerrado el tema de las acusaciones en su contra como encubridor de los abusos sexuales de Karadima, luego de que el Papa Francisco asegurara que estas son "calumnias".
El obispo de Osorno regresó a Santiago luego de haber acompañado al Pontífice durante toda su visita a nuestro país, y allí atendió a la prensa, donde agradeció a Jorge Mario Bergoglio por el apoyo mostrado al término de la misa oficiada este jueves en Iquique.
"Me parece que el Santo Padre ha señalado un camino muy claro. Solo tengo palabras de gratitud. Me significa apoyo. Si hay alguien que tenga una prueba, que la presente ante el Santo Padre, si no, aquí estamos ante una calumnia. Es claro lo que se ha dicho", declaró Barros.
Los dichos del obispo llegaron poco después de que las víctimas de Karadima realizaran una declaración pública donde detallaron por qué consideraban como "grave" las palabras del Papa Francisco.
"El Papa desaprovechó una gran oportunidad, de escuchar a la comunidad de Osorno y a quienes hemos afirmado que el obispo Barros había encubierto los abusos de Karadima, con pruebas a la vista, como las que durante años hemos entregado. El Papa ha desoído todos estos hechos y nos ha acusado de faltar a la verdad, y de decir calumnias", criticó Juan Carlos Cruz.
En el escrito, de hecho, los denunciantes reafirmaron que "nosotros, y otros testigos, hemos declarado la presencia del Obispo Barros durante los abusos psicológicos y los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Karadima".
Además, detallaron que hubo testigos que indican que se envió una carta al cardenal Fresno, entonces arzobispo de Santiago, acusando a Karadima, y que su secretario personal, Juan Barros, "se ocupó de eliminar esta carta": "Estas pruebas están en la causa y en el fallo de la ministra Jessica González".