Luego de presentar un déficit patrimonial, problemas operacionales e incumplimiento con sus acreedores, la compañía de capitales colombianos, Alsacia, el mayor operador del Transantiago, se acogió en 2004 a un plan de reestructuración para organizar sus deuda ante un tribunal de quiebras en Estados Unidos, país donde emitió un bono de US$464 millones para financiar sus operaciones en Chile.
Sin embargo, de acuerdo a documentos filtrados desde Appleby y por una investigación de Ciper, revelan que la empresa montó en Bermudas un esquema offshore para gestionar sus negocios en Chile y cómo la concesionaria colombiana ocupó las Islas Bermudas, apetecida por su política de "cero impuestos", como pivote para sus negocios en el país.
Es así como que luego del deterioro financiero que alega Inversiones Alsacia, y que la llevó a acogerse a reestructuraciones y a exigirle al Estado de Chile una mayor inyección de recursos, se presenta esta situación con millonarias y poco conocidas transacciones de la propia concesionaria con distintas empresas relacionadas que el ofrecen servicios y que también operan en Chile.
Frente a esto, según las fuentes consultadas en la publicación, se indicó que en el ministerio de Transporte se encendieron las alarmas y la cartera estaría analizando el detalle de estas transacciones porque el volumen de los dineros que mueve Alsacia a sus empresas satélite no se condice con la crítica situación financiera que en el papel experimenta la concesionaria.
Además, Ciper reveló que la empresa que en el papel está al borde del colapso, realizó pagos a sociedades relacionadas chilenas, también controladas desde paraísos fiscales, hasta US$55.2 millones por año.
Esta investigación surge en medio de la demanda que Alsacia presentó contra el Estado de Chile ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Central por "incumpliento de contrato".
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