Cristián Aguirre Ramírez, presunto líder de una peligrosa banda de narcotraficantes, se encontraba internado desde hace más de dos meses en la Clínica Las Condes, hasta donde llegó en helicóptero tras recibir seis balazos en una emboscada.
Según una investigación de Radio Biobío, su estadía en el recinto asistencial, que bordeó los 50 millones de pesos, no pasó desapercibida. “Soldados” habrían merodeado los alrededores de la clínica en lujosos vehículos, lo que obligó a Gendarmería a redoblar la seguridad.
El dispositivo incluía a seis gendarmes custodiando a Aguirre, debido a que cumple la medida de prisión preventiva en la clínica por los delitos de asociación ilícita para el tráfico de drogas y lavado de activos.
El pasado 1 de diciembre de 2021 fue formalizado por dichos delitos y el defensor privado de Aguirre, Oscar Álvarez, solicitó la permanencia de su cliente en la Clínica Las Condes ya que “el hospital penitenciario no tiene las condiciones necesarias para asegurar la vida y la integridad física y psíquica de mi representado”, según expone la investigación de Biobío.
Ante la petición, el fiscal jefe de Curacaví, Paul Martinson, quien tramita la causa, consideró mantener a Aguirre en el recinto del sector oriente de la capital. Esto debido a que, según fuentes cercanas a las que accedió el citado medio, Gendarmería no contaba con los elementos clínicos necesarios para mantenerlo con vida.
A pesar de lo anterior, y luego de que Gendarmería solicitara su traslado ante el riesgo que corría “su seguridad, como de personas que trabajan y se atienden allí”, durante la mañana de este viernes el peligroso narco dejó la Clínica Las Condes y fue llevado hasta el Hospital Penal.
El operativo, según mostró el programa Tu Día de Canal 13, se concretó en un vehículo de Gendarmería, al que el sujeto llegó en silla de ruedas, custodiado por otros vehículos de la institución en una caravana que recorrió las calles de Santiago hasta llegar al Hospital Penal.