Pese a que muchos países han reconocido a la salud como un derecho humano y han actuado de acuerdo a ese reconocimiento, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nominado “Avances hacia la cobertura universal de salud y la equidad en América Latina y el Caribe”, revela que la eficiencia de los sistemas públicos, continúa siendo un desafío

El estudio se centra principalmente en 10 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Jamaica, México, Perú y Uruguay.

Aunque en el último siglo estos países han mejorado mucho los resultados en materia de salud, las inequidades en este ámbito persisten entre los países y dentro de ellos”, sostienen los especialistas.

“Algunos países seleccionados, muestran que mientras han expandido la cobertura y el acceso a servicios de salud de la población, los más pobres aún no reciben los servicios necesarios, y no se brinda atención suficiente a las enfermedades no transmisibles, que producen la mayoría de las muertes en la región”, critican desde la OMS.

Los expertos hacen hincapié además, en un dato que revela hacia dónde se perfila el contexto sanitario en  Chile: “Donde los trabajadores tienen la opción de utilizar su contribución obligatoria para participar en un plan de salud privado o inscribirse en un plan público, nuestros datos muestran una migración de los chilenos desde la primera hacia la segunda opción. Hasta el momento, la evidencia muestra que la extensión de la cobertura de salud a los que se encuentran fuera del sector formal, como el Seguro Popular de México, ha tenido solo una repercusión marginal en la informalidad”, explican.

“Para continuar el esfuerzo de proporcionar atención de salud asequible a toda la población ante estas incertidumbres, los países tendrán que permanecer atentos para captar las contribuciones de quienes pueden pagar pero no están dispuestos a hacerlo voluntariamente, al mismo tiempo que utilizan subsidios públicos para los que no pueden pagar”, aseguran.

Contexto histórico

El libro de la OMS, considera que en los años ochenta y noventa, varios países, principalmente empezando por Chile, Costa Rica, Brasil y Colombia, “emprendieron reformas para reducir al mínimo la fragmentación de la atención creada por estos dos niveles”.

“Desde entonces, Argentina, Guatemala, Jamaica, México, Perú y Uruguay han puesto en práctica una variedad mucho más amplia de políticas para mejorar los incentivos y el marco de gobernanza con la finalidad de mejorar la eficiencia y ampliar el acceso a la atención de salud, en particular para las personas pobres y las que se encuentran en riesgo de caer en la pobreza debido a los costos de la atención de salud”, agregan.

Los especialistas apuntan a que también están surgiendo nuevas versiones de las políticas en los países que fueron pioneros de esas reformas como Brasil, Chile, Colombia y Costa Rica.

Los costos de las reformas

En el informe se destaca que  América Latina y el Caribe han vivido un progreso significativo hacia la cobertura universal desde comienzos de la década del 2000, con 46 millones de personas adicionales, que en nueve países tienen -al menos- garantías nominales de recibir servicios de salud asequibles.

“Mientras que la tasa de empobrecimiento debido a los gastos de atención de salud está disminuyendo, en nueve de los países analizados de 2 a 4 millones de personas fueron llevadas a la pobreza por los gastos de bolsillo en salud, entre ellos los de medicamentos que son el mayor factor de costo”, confirman.

Desde una perspectiva financiera, las reformas estuvieron acompañadas por un aumento del gasto público para la atención de salud y, en la mayoría de los casos, se dio una disminución en la proporción de los pagos de bolsillo en relación al gasto total de salud: “No todas las reformas tenían un objetivo explícito de la expansión de la protección”, aseguran.

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