Luego que la Prueba de Selección Universitaria (PSU) se postergara en dos oportunidades, los postulantes viven un ambiente de mayor estrés e incertidumbre ante este nuevo escenario.
Respecto al cronograma original, este año la PSU se postergó para el 6 y 7 de enero 2020.
Después del primer aplazamiento, la psiquiatra del Centro de Adolescencia de Clínica Alemana, Ana Marina Briceño, ya había declarado que es importante asumir de manera positiva este nuevo escenario.
"Algunos lo han considerado beneficioso, mientras otros querían salir luego de la prueba. Además, cada joven tiene distinto grado de miedo, interés o participación en los movimientos sociales, lo que genera otra variable emocional", explicó Briceño.
En este contexto, la especialista sugiere a los estudiantes adoptar una mirada positiva para no afectar el desempeño en las pruebas. "En general, ver el vaso ‘medio lleno’ suele ser una postura que emocionalmente favorece un mejor desempeño".
Además, Briceño recomienda enfocarse en que tendrán más tiempo para repasar contenidos, en vez de enrabiarse por una situación que no pueden modificar, como es el cambio de fecha de la PSU.
Apoyo familiar
No aumentar el estrés que ya tienen los jóvenes es el objetivo que la familia debe tener en mente al relacionarse con los adolescentes en esta situación, de acuerdo con la recomendación de Briceño. "Muchos padres sienten que sus hijos deberían prepararse durante todo el día y los mandan a estudiar, o pretenden que no se junten con amigos o la pareja, pero se debe buscar el equilibrio", dijo.
Oportunidad para repasar contenidos
Durante el último mes se recomienda priorizar la realización de ensayos de PSU, y al revisarlos, estudiar sólo aquello en que se han cometido errores. En esta misma línea, los especialistas enfatizan la relevancia de seguir una rutina similar a la del horario escolar, especialmente la última semana antes de la prueba. Es decir, levantarse temprano y cuidar las horas de sueño y alimentación.