El fiscal de la región de O'Higgins, Emiliano Arias, es quien se ha posicionado como uno de los encargados de perseguir en Chile los delitos al interior de la Iglesia. El pasado 24 de julio, en el marco de la investigación que lidera, citó a declarar en calidad de imputado al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, por presuntos encubrimientos de abusos sexuales.
Arias asumió hace unos días todas las nuevas causas que puedan ser vinculadas o que comiencen en torno a la investigación que está realizando. Es decir, su decisión de tomar estos casos ocurridos en la iglesia católica, lo llevará a investigar abusos en todo el país. En una entrevista realizada al diario El País, se lanzó contra los que han escondido estos sucesos.
“Es un hecho que los religiosos en este país no tienen la obligación de denunciar, ¿pero pueden ampararse en que no están obligados para no trabajar estrechamente con la autoridad civil denunciando los delitos contra los menores de edad? Es igual que si hubieran tenido debajo de una capilla muchos muertos y solo hubieran hecho investigaciones canónicas”, criticó el fiscal nacional.
Su crítica tiene un objetivo claro, que es “la cultura del encubrimiento dentro de la Iglesia católica chilena que ha posibilitado la comisión de delitos al interior de la organización”.
"El sistema no funcionaba, porque no se daba la atención adecuada a las víctimas, no se les creía, no se daba curso a las investigaciones, no se cumplían las obligaciones de enviarlas todas a la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, unido a un sistema ineficaz de justicia canónica”, explicó el profesional, que además cuenta con cerca de 90 investigaciones canónicas por abusos contra menores desde 2007 hasta la fecha.
Además, lapidó a algunos miembros de la Iglesia al afirmar que “sabemos que religiosos chilenos destruyeron evidencias sobre abusos sexuales”.