Este 2018 podría ser el peor año en donaciones de órganos del que se tiene registro, lo que se explica, según expertos y autoridades del Ministerio de Salud, por una interpretación de la Contraloría Regional Metropolitana a fines del año pasado.
En el 2017, la entidad estableció que los familiares no podían decidir sobre la donación de órganos de una persona que en vida haya quedado registrada como no donante.
Esta medida prohibió que los funcionarios de hospitales de alta complejidad del país pudieran preguntar a las familias sobre la posibilidad de donar los órganos de quienes aparecían inscritos en dicho registro.
De ese modo, las cifras de donaciones disminuyeron drásticamente durante este año, pasando de las 96 registradas durante el primer semestre del año pasado, a 52 donantes durante el 2018.
Ante esto, la directiva de la Corporación del Trasplante junto al diputado Felipe Kast, le pidieron al contralor general, Jorge Bermúez, la revisión de este tema, quien finalmente reconsideró su interpretación.
“No resultó procedente (…) que se objetara el procuramiento de órganos de personas inscritas en el referido registro de no donantes por decisión de sus familiares”, señaló Bermúdez de acuerdo con lo consignado en El Mercurio.
Dentro de los argumentos presentados, sumado a las bajas cifras de donaciones, es que durante el 2010 y 2013, el 22% del país (3,9 millones de personas) quedó inscrito en este registro de no donantes al momento de sacar su cédula de identidad o licencia de conducir.
Pero muchos de ellos señalaron que al momento de realizar el procedimiento, no se les preguntó en ningún momento su decisión frente al tema, quedando automáticamente ingresados en la nómina de no donantes.
A partir del 2013 se estableció una ley que considera a todas las personas mayores de 18 años como donantes y, quienes no quieran serlo, deben realizar un trámite en notaría que estipulando lo anterior. Desde entonces, 12 mil personas han hecho tal procedimiento.